GUAYAQUIL, Guayas
Una delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) realizó el pasado 28 de octubre de 2024 una visita de tres horas al exvicepresidente Jorge Glas, quien se encuentra en la cárcel de máxima seguridad La Roca, cumpliendo dos condenas por corrupción.
Esta visita fue solicitada por la defensa de Glas y el Comité Internacional para la Libertad de Jorge Glas, quienes piden a la CIDH que amplíe las medidas cautelares dictadas en 2019. Buscan que el organismo ordene al Estado ecuatoriano su excarcelación, reconozca su estatus de asilado y considere su entrega a México.
Alrededor de las 13:30 hora local (18:30 GMT), un convoy de diez vehículos, escoltado por policías, llegó al centro penitenciario en Guayaquil.
México reitera solicitud a Ecuador
En las afueras de la cárcel, agentes policiales custodiaban la entrada mientras un grupo de simpatizantes se congregaba para exigir la libertad de Glas, a quien consideran un «prisionero político».
Las medidas cautelares emitidas por la CIDH en 2019 se justificaron por la «gravedad y urgencia» de la situación de Glas, que su equipo legal argumenta se ha agravado, con un posible riesgo de daño irreparable a su salud mental, incluyendo un posible riesgo de suicidio.
CIDH ordene al Gobierno ecuatoriano un salvoconducto
El Comité Internacional para la Libertad de Jorge Glas espera que, tras conocer las condiciones de encarcelamiento del exvicepresidente, la CIDH ordene al Gobierno ecuatoriano un salvoconducto para que pueda viajar a México como asilado diplomático. Sacha Llorenti, coordinador del comité, destacó esta esperanza en declaraciones recientes.
En caso de que no se conceda el salvoconducto, la asambleísta Mónica Palacios, del partido Revolución Ciudadana, confía en que al menos se le permita salir de prisión para cumplir su condena en arresto domiciliario. Palacios afirmó que «la situación de Jorge Glas es crítica» y que no está recibiendo la medicación adecuada para sus enfermedades en La Roca, lo que ha provocado problemas psicológicos.
Tras la visita, el convoy que ingresó salió sin que ningún representante de la CIDH o de la defensa de Glas ofreciera declaraciones. (I)