
GUAYAQUIL, Guayas
Los féretros de los cuatro menores fueron recibidos con juegos pirotécnicos al llegar al cementerio Ángel María Canals, en el suburbio de Guayaquil.
Familiares y amigos cargaron en hombros los ataúdes, llevándolos hasta los túmulos funerarios donde fueron sepultados juntos, uno al lado del otro.
Entre abrazos y llanto, se alzaron nuevamente los pedidos de justicia por los asesinatos de Steven, Nehemías y los hermanos Josué e Ismael.
Ellos desaparecieron el pasado 8 de diciembre y este 31 de diciembre, la Fiscalía confirmó que sus restos eran los encontrados el 24 de diciembre en Taura.
Horas antes de ser sepultados en el cementerio del suburbio, a las 14:00, los cuerpos de los menores llegaron a la casa comunal del sector de Las Malvinas, en el sur de Guayaquil.
“Ese dolor eterno que hoy tienen los familiares es el dolor eterno de todos porque son niños ecuatorianos, son niños afroecuatorianos. Y si no nos unimos a luchar frente a esta desgracia, nos seguirán matando las nuevas generaciones”, expresó un habitante de Las Malvinas, durante el acto público en la casa comunal.
En el interior del recinto, la multitud se congregó pese al intenso calor y la cantidad de personas presentes.
Después de 20 minutos, los familiares de las víctimas tomaron los féretros y comenzaron una procesión a pie hacia el cementerio, recorriendo cerca de seis kilómetros por la vía Perimetral.
Docenas de motociclistas encabezaron el recorrido, haciendo sonar sus bocinas como parte del clamor colectivo de justicia que todos repetían. (I)
