
CIUDAD DEL VATICANO, El Vaticano
Tras 16 días de la muerte de Francisco, 133 cardenales de todo el mundo llegan este 7 de mayo a la histórica Capilla Sixtina, en el Vaticano, para elegir al nuevo papa en el cónclave, que se prevé comience a las 16:30 en ese país, lo que significa las 09:30 de Ecuador.
Es un cónclave con algunos favoritos, desde el italiano Pietro Parolin, el número dos del Vaticano, hasta el africano Fridolin Ambongo. Varios conocedores del tema, incluyendo a los cardenales, aseguran que «quien llega papa al cónclave, sale cardenal».
Protocolo litúrgico
El inicio del cónclave se desarrolla bajo un estricto protocolo litúrgico y ceremonial, que comienza con la misa «Pro eligendo Pontifice» y continúa con las votaciones diarias en la Capilla Sixtina, marcadas por las tradicionales «fumatas» como señal, o no, de consenso.
El último cónclave se desarrolló en 2013, cuando Benedicto XVI renunció al cargo. Después de dos largas semanas de diálogos y votaciones, el humo blanco salió sobre la Capilla Sixtina, en el Vaticano, el 13 de marzo, y se anunciaba que Jorge Mario Bergoglio sería el nuevo Papa.
Los cardenales que participarán en el cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco almorzarán juntos antes de encerrarse en la Capilla Sixtina.
Cardenales con derecho a voto
Tras la eucaristía, los 133 cardenales con derecho a voto en el cónclave, por tener menos de 80 años, deberán permanecer dentro del territorio vaticano, pues tienen prohibido abandonarlo y comunicarse con alguien del exterior hasta que hayan elegido a un nuevo pontífice.
Los purpurados regresaron a la residencia Casa Santa Marta, donde dormirán durante el cónclave, para un almuerzo. Esta será la primera comida que reunirá a la totalidad de los votantes, lo que puede dar pie a debates o conversaciones
Durante la misa, el cardenal decano Giovanni Battista Re llamó a «mantener la unidad de la Iglesia» católica, en un momento «difícil, complejo y convulso».
Durante la liturgia en la basílica vaticana de San Pedro, Re abogó por la «unidad» ante una «decisión de gran importancia», en la que «se debe abandonar cualquier consideración personal». (I)
