QUITO, Pichincha
El anuncio reciente del Gobierno sobre el convenio con Power China para operar y mantener la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair genera dudas por la falta de información clara y detallada. Esta planta es la segunda más importante en generación eléctrica del país, con una capacidad de 1.500 megavatios, siendo fundamental para la estabilidad energética nacional.
El contrato, valorado en 400 millones de dólares hasta diciembre de 2026, no especifica aspectos técnicos, términos financieros, obras contempladas ni mecanismos de supervisión. Tampoco se aclara cómo Power China asumirá el mantenimiento de una infraestructura cuya entrega formal está pendiente debido a defectos constructivos significativos, como fisuras que han impedido a Celec aceptar la planta.
Power China, matriz de Sinohydro —empresa responsable de la construcción— podría estar tomando el control operativo sin resolver las responsabilidades legales y técnicas vigentes. Además, el avance de la erosión regresiva del río Coca representa un riesgo estructural que afecta la seguridad de la planta y la provisión energética.
La inversión superó los 3.000 millones de dólares, por lo que la ciudadanía merece transparencia total sobre los acuerdos, las garantías y las acciones que se implementarán para proteger los intereses nacionales. La gestión de Coca Codo Sinclair debe mantenerse bajo estricta supervisión pública para evitar conflictos de interés o renuncias implícitas a reclamos futuros.
Este acuerdo puede representar una oportunidad técnica válida, siempre que se gestione con rigor y responsabilidad. Sin embargo, el Ejecutivo debe informar con precisión y detalle todo lo relacionado con la operación y mantenimiento de esta emblemática planta hidroeléctrica. (I)
