
QUITO, Pichincha
El ministro del Interior, John Reimberg, anunció el domingo 27 de julio de 2025 que Ecuador vetará durante 40 años el ingreso de los 1.000 ciudadanos colombianos deportados por haber delinquido en el país.
“Quienes atentaron contra la seguridad nacional no volverán con facilidad. No vamos a permitir que el terror cruce nuestras fronteras ni se instale en nuestras calles”, publicó el funcionario en su cuenta oficial de X.
El viernes 25 de julio, el Gobierno ecuatoriano inició la repatriación de 700 reclusos colombianos que cumplían sentencias por robo, tráfico de drogas, receptación y otros delitos contra la propiedad. Reimberg subrayó que esta medida forma parte de una política de “tolerancia cero con el crimen organizado”.
“Seguiremos firmes. La seguridad de los ecuatorianos está por encima de todo”, enfatizó el ministro.
El proceso generó fricciones diplomáticas. La Cancillería colombiana protestó ese mismo viernes, calificando la deportación como “unilateral” y “en contravención del Derecho Internacional”. Según Bogotá, Ecuador no coordinó un protocolo que permita identificar a los deportados ni verificar su situación jurídica.
La Cancillería ecuatoriana respondió el sábado 26 de julio que cada caso se resolvió de manera individual. Señaló que las deportaciones contaron con resoluciones motivadas y boletas de excarcelación emitidas por jueces especializados. Además, afirmó que notificó oficialmente al Consulado colombiano en Quito desde el 8 de julio.
En contraste con otros traslados penitenciarios, los reos expulsados por Ecuador no deberán cumplir el resto de sus condenas en Colombia, salvo que tengan procesos abiertos en ese país. Dos exconvictos dijeron a medios fronterizos que estuvieron detenidos por menos tiempo del que les impuso la justicia ecuatoriana.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, elevó el tono el sábado 26 de julio y expresó su malestar en X: “Ecuador nos responde con desdén”. Aunque no se refirió directamente a los reclusos, lanzó una frase en clave histórica: “Si la Gran Colombia entra en guerra, entra en guerra la humanidad”.
Las tensiones entre ambos gobiernos se intensifican, mientras cientos de colombianos deportados ya cruzan la frontera, algunos incluso agradeciendo a Ecuador por su trato carcelario. (I)
