Volcán Cotopaxi cumple década en actividad con monitoreo constante

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QUITO, Pichincha


El volcán Cotopaxi, uno de los más peligrosos y monitoreados de Latinoamérica, cumple 10 años desde su última gran reactivación, registrada el 14 de agosto de 2015. Desde entonces, el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional realiza un seguimiento en tiempo real, recibiendo señales cada 30 segundos gracias a cámaras térmicas, detectores de gases, sismógrafos e imágenes satelitales instalados en sus faldas y zonas aledañas.

En aquella erupción freática de 2015 —provocada por vapor y agua, sin expulsión de magma—, el Cotopaxi alcanzó columnas de ceniza de hasta 8 kilómetros de altura, despertando tras 138 años de calma desde la devastadora erupción de 1877.

Patricia Mothes, jefa de Vulcanología del Instituto Geofísico, advierte que el coloso de 5 897 metros de altitud “algún día tendrá un evento mayor” y que la comunidad y autoridades deben estar preparadas.

Glaciar afectado pero con pausa en su retroceso

La erupción de 2015 cubrió con ceniza tres cuartas partes del glaciar, acelerando su derretimiento. Datos del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología revelan que la superficie glaciar pasó de 21,80 km² en 1976 a 11,56 km² en 2015 y a 10,4 km² en 2024. Ese año, la sequía y las altas temperaturas provocaron un retroceso drástico.

En contraste, 2025 ha registrado una desaceleración del deshielo gracias a condiciones climáticas favorables. Entre enero y marzo, las lluvias aumentaron un 400 % respecto al mismo periodo de 2024. Además, las bajas temperaturas y frecuentes nevadas entre mayo y julio —favorecidas por masas de aire frío de la Amazonía y un frente polar procedente del sur del continente— han frenado la pérdida de hielo.

Un volcán bajo vigilancia prioritaria

El Cotopaxi es considerado “volcán número uno” en prioridad de monitoreo por su alto riesgo, ya que sus erupciones pueden generar lahares devastadores debido al derretimiento de su glaciar. Las recientes reactivaciones, en 2015 y en 2022 con menor intensidad, han permitido a los vulcanólogos estudiar su comportamiento mediante el análisis de ceniza, lahares y movimientos internos de magma. (I)

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Post Author: Redaccion

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