BELÉM, Brasil
Decenas de manifestantes, en su mayoría indígenas y activistas ambientales, irrumpieron el martes 11 de noviembre en la sede de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) en la ciudad amazónica de Belém, Brasil. El grupo se enfrentó con los guardias de seguridad mientras exigía justicia climática y la protección de los bosques.
Los manifestantes atravesaron las barreras de seguridad al grito de “¡Nuestra tierra no está en venta!”, portando pancartas y banderas que reclamaban derechos sobre el territorio ancestral. Los guardias intentaron frenar el avance utilizando mesas como barricadas, pero los activistas lograron ingresar al vestíbulo principal del recinto, generando momentos de tensión y caos.
Un guardia resultó con una herida en el ojo tras ser golpeado con una vara lanzada por la multitud, según reportó la agencia Reuters. La ONU confirmó que dos miembros del personal de seguridad sufrieron lesiones leves y que el recinto sufrió daños menores. “Las autoridades brasileñas y de la ONU investigan el incidente. El lugar está asegurado y las negociaciones continúan con normalidad”, señaló un portavoz oficial.
Luiz Inácio Lula da Silva
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha destacado el rol esencial de los pueblos indígenas en las discusiones de la COP30, celebrada en la Amazonía por su relevancia para la conservación global. Sin embargo, los líderes indígenas denuncian que continúan marginados de las decisiones sobre los recursos naturales.
Raoni Metuktire, conocido como Jefe Raoni, pidió al Gobierno brasileño empoderar a las comunidades originarias en la gestión de los bosques. “El desarrollo no puede seguir destruyendo la selva”, afirmó.
Belém, epicentro de esta cumbre, se encuentra en una región fuertemente afectada por el cambio climático. Sequías históricas, incendios y un aumento en los casos de dengue y enfermedades respiratorias han golpeado duramente a la población. “Viví décadas aquí y nunca tuve dengue; ahora todos lo padecen”, lamentó la infectóloga Lena Peres, participante en la protesta.
La jornada terminó con la dispersión pacífica de los manifestantes, mientras el evento climático más importante del año continúa en medio de un ambiente de tensión y reclamo social. (I)
