
TEGUCIGALPA, Honduras
Honduras celebrará este domingo unas nuevas elecciones generales marcadas por acusaciones de fraude electoral lanzadas durante una agitada campaña por tres de los cinco candidatos con aspiraciones reales a asumir el mando en un país históricamente golpeado por la corrupción y el narcotráfico.
Alrededor de seis millones de hondureños —más otros 500.000 residentes en el exterior— están habilitados para elegir, además del nuevo presidente, la conformación del Congreso, cerca de 300 alcaldías y los veinte escaños que corresponden al país en el Parlamento Centroamericano.
Las denuncias de fraude que los candidatos han advertido durante las últimas semanas elevaron la tensión y generaron el temor de que alguno de ellos no reconozca los resultados de unos comicios considerados de alto riesgo, según alertaron organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la misión de observación de la Unión Europea.
Aspiraciones reales
Tras 45 días de campaña marcados por acusaciones cruzadas y ataques personales, el país ingresó esta semana en el período de silencio electoral establecido por la ley. Sin embargo, la calma se rompió cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pidió públicamente el voto para el candidato del Partido Nacional, Nasry Asfura.
Trump reactivó el discurso contra el comunismo para alertar sobre los riesgos que, a su juicio, enfrentaría la democracia hondureña si el electorado opta por la candidata oficialista, Rixi Moncada, o por Salvador Nasralla, un veterano aspirante con una extensa carrera televisiva que finalmente obtuvo el respaldo del Partido Liberal, más por pragmatismo que por convicción.
“Si ‘Tito’ Asfura gana la Presidencia de Honduras, debido a la gran confianza que Estados Unidos tiene en él, en sus políticas y en lo que hará por el gran pueblo hondureño, lo apoyaremos firmemente. Si no gana, Estados Unidos no malgastará su dinero, porque un líder equivocado solo puede traer resultados catastróficos a cualquier país”, declaró.
Nasralla, por su parte, representa la apuesta renovada de un partido que lleva 16 años fuera del poder y que aún arrastra las consecuencias de su participación en el golpe de Estado de 2009 contra el izquierdista Manuel Zelaya.
Tras regresar del exilio, Zelaya fundó Libre, la fuerza oficialista que gobernó estos últimos años bajo el liderazgo de su esposa, Xiomara Castro, primera presidenta del país tras su victoria en 2021. (I)
Con información de https://www.diariolasamericas.com/america-latina/honduras-enfrenta-unas-elecciones-decisivas-denuncias-fraude-y-polarizacion-n5386438
