QUITO, Pichincha
Ecuador y España culminaron ayer 6 de mayo, su programa de conversión de deuda, que ha permitido al Estado ecuatoriano destinar 54 millones de dólares que debía a su par español con miras a financiar 36 proyectos de desarrollo para mejorar las condiciones de vida de sus poblaciones vulnerables.
Con ese dinero, que en un principio Ecuador debía emplear para saldar su deuda externa con España, se construyeron escuelas y albergues, se dotó de centros científicos y tecnológicos a varias universidades y se reconstruyó infraestructura médica dañada por el terremoto de 2016.
Este programa que se inició en el 2005, se destinaron 110.000 dólares en la compra de vacunas contra la polio trivalente para el Ministerio de Salud Pública (MSP).
Durante el acto celebrado en Quito, que sirvió para poner punto final a este programa de canje de deuda, el ministro de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana de Ecuador, Juan Carlos Holguín, manifestó públicamente el deseo del Gobierno ecuatoriano de firmar un nuevo acuerdo similar con España.
“Cuando algo es exitoso, tiene que continuar. Este no es el cierre de un proyecto, sino el inicio de un análisis que nos permita construir en conjunto mejores oportunidades para nuestro país, y sobre todo saber que los recursos de nuestros países están bien administrados y generan bienestar y oportunidades”, señaló Holguín.
Y recordó que hay que construir más escuelas, campos por regar, capacitaciones por impartir, microempresas que impulsar, vacunas que poner y quisiera que este sea un punto medio en una relación histórica de nuestros países que hoy están en su mejor momento.
Además de Holguín, en el acto también participaron el secretario general del Tesoro y Financiación Internacional del Gobierno de España, Carlos Cuerpo, y la embajadora de España en Ecuador, Elena Madrazo.
Asimismo, asistieron los titulares ecuatorianos de los ministerios de Economía y Finanzas, Simón Cueva, y de Salud Pública, Ximena Garzón; el presidente ejecutivo del Banco de Desarrollo de América Latina, Sergio Díaz-Granados, y el rector de la Universidad Técnica de Ambato, Galo Naranjo. (I)