
Por Henry Llanes Suárez
El 5 de febrero es una fecha histórica para el movimiento social, porque en 1997 sacó de Carondelet al bucaramato histriónico, lleno de prácticas oscuras y autoritarias.
Los resultados electorales del 5 de febrero del 2023, dan cuenta de varios agujeros negros, en los que se hunde el tik tok político, el comic político y las banalidades políticas, así como el Exit Poll y el Tracking Poll, acostumbrados a especular, sin ningún escrúpulo a través de las encuestas.
Dichos resultados también dan cuenta del fracaso político de la gestión de gobierno: llena de contradicciones, de indecisiones, de ambigüedades, de imprecisiones y de acciones oscuras.
En el mismo sentido, los resultados de este 5 de febrero también dan cuenta del fracaso político del Partido Social Cristiano, de la Izquierda Democrática, de Pachakutik, y de la mayoría de organizaciones políticas de papel (carentes de ideología, de programas de gobierno y de estructuras organizativas) que están inscritas en el Consejo Nacional Electoral. A propósito, 279 organizaciones políticas están registradas en el Consejo Nacional Electoral, las cuales tienen un alto costo para el país. Además, generan al Ecuador una enorme confusión política.
Los resultados del 5 de febrero también dan cuenta, que el odio político y el egocentrismo político no son los mejores caminos para conducir la política.
Todos estos hechos que se mencionan, han creado las condiciones políticas para el retorno del correísmo, el mismo que, a partir de estos resultados electorales tendría bajo su control, la acción política de las principales ciudades del país y de varias provincias que tienen un enorme peso electoral.
Este escenario político, motiva a tiempo, a construir contrapesos políticos para no caer nuevamente en el partido único, sino definir opciones políticas nutridas de racionalidad política, que materialicen la esperanza y la expectativa de la gente desde visiones diferentes. (O)
