DUBAI, Emiratos Árabes Unidos
“Nosotros con nuestra gran vegetación aportamos demasiado a la preservación ambiental mundial como sudamericanos como país, y es nuestra política pública consciente, la que va a generar una oportunidad de vida no solo para preservar y cultivar saberes, sino que le dará tiempo y espacio al mundo globalizado para que tome consciencia”, manifestó Juan Carlos Orellana Ganchozo, alcalde de Aguarico, durante su participación en la COP28 en el marco de la agenda “Somos Biodiverciudades, Somos Solución”.
Dijo que ya es hora que retribuyan compensaciones económicas los países del primer mundo a la amazonia ecuatoriana y que estas acciones contra el calentamiento global pasan inevitablemente por las ciudades latinoamericanas, donde vive el 80% de la población.
Orellana fue parte del panel de alcaldes y autoridades locales que dieron a conocer el plan de trabajo y política amigable con la naturaleza, en la agenda de la Cumbre Climática COP28.
Red de Biodiverciudades
Además, su pequeña ciudad selvática, formará parte de la Red de Biodiverciudades, un concepto que integra “ciudad” con “biodiversidad” que promueve la conservación dentro del desarrollo socioeconómico de las metrópolis.
Esta iniciativa, liderada por CAF, ha sido suscrita por 30 alcaldes de Argentina y 21 de Ecuador, según informó el Banco de Desarrollo de Latino América y del Caribe.
En el contexto de la COP 28, Orellana compartió panel con Jader Filho, ministro de Ciudades Brasil; Alicia Montalvo, gerenta de Acción Climática y Biodiversidad Positiva de CAF -banco de desarrollo de América Latina y el Caribe-; Ana Lucía Reis, alcaldesa de Cobija, Bolivia, entre otros.
Modelo de gestión
Ahí el alcalde amazónico explicó que es importante transmitir nuestro modelo de gestión basado en una política pública ecológica de conservación ambiental, por estar dentro del parque Yasuní, una zona intangible, y de la reserva faunística Cuyabeno, la misma que es de inclusión en la toma de decisiones como uno de los factores más importantes.
Orellana sostuvo que conservar las prácticas ancestrales de padres a hijos “preservamos, no solo el entorno natural, sino que se convierten en guardianes de la selva, de la vida, y de las oportunidades de quienes ya la han perdido, en otras partes del mundo”. (I)
