
QUITO, Pichincha
Ecuador alertó este martes de escenarios «tristes e inhumanos» que tienen lugar en medio del negocio de la migración irregular, que deja millonarios réditos a los traficantes de personas y heridas profundas en una sociedad golpeada por la pobreza.
Entre las causas estructurales para la migración figura la situación socioeconómica, agravada por la pandemia en un Ecuador que, al 2020, registró un decrecimiento del 7,8 % de su PIB, dijo hoy el canciller, Mauricio Montalvo, al inaugurar la XXI Mesa Nacional de Movilidad Humana sobre «Migración riesgosa en post pandemia».
Según el Banco Central, la tasa de pobreza nacional a junio de 2021 se ubicó en un 32,2 %, con un incremento de 6,7 % con respecto a junio de 2019, en tanto que la de pobreza extrema en 2021 fue de 14,7 %, muy superior a la del 5,2 % registrada a junio de 2019.
Asimismo, la tasa de subempleo se incrementó en un 2,7 % en junio de 2021 y la de desempleo llegó al 5,1 de la población económicamente activa, en el mismo periodo, dijo Montalvo.
Sin embargo, han detectado una alta migración en zonas donde los índices de pobreza no son tan elevados, por lo cual analizan otros factores de carácter social y cultural para migrar, como los motivados por procesos de reunificación familiar y por el denominado «efecto llamada», de aquellos que encontraron posibilidades de superación en otros lares.
Durante la inauguración de la XXI Mesa Nacional de Movilidad Humana, Montalvo habló sobre el viaje de ecuatorianos a EE.UU. a través de México, e indicó que, en 2019, cuando ya no se requería visa para viajar a esa nación, los flujos eran reducidos y moderados, algo que se mantuvo hasta septiembre de 2020, cuando se regularizaron los vuelos comerciales.
El Canciller explicó que en lo que va del año, el número de ecuatorianos que no retornan al país supera las 62.000 personas, lo que representa un incremento del 98 % con relación al primer semestre de 2019.
Durante la inauguración de la Mesa, la prefecta de la provincia de Azuay, Cecilia Méndez, indicó que ahora ya no migran personas de 30 o 50 años, sino los adolescentes y alertó del aumento de casos de suicidio en ciertas zonas de su jurisdicción.
«Nuestros jóvenes, niños y adolescentes, al no tener ni trabajo ni universidad, se enfrentan a la soledad de la destrucción de sus hogares, en la medida que la migración también les obliga a vivir solos muchas veces», explicó.
Asimismo, el prefecto de la provincia del Cañar, Byron Pacheco, advirtió que «ya no hay jóvenes en nuestras comunidades», ni muchos productores ganaderos menores de 40 años.
Por ello, pidió un trabajo conjunto para reactivar la economía, pues «mientras más pronto lo hagamos, menos personas morirán en las fronteras y menos familias se destruirán porque el costo de la migración» se está «pagando muy alto: la destrucción del núcleo familiar».
Con información de EFE
