QUITO, Pichincha
En Ecuador, cerca de 500.000 niños ingieren agua contaminada con heces fecales, metales pesados y bacterias, poniendo en riesgo su salud y desarrollo físico y cognitivo, alertan expertos y organizaciones. Esta situación afecta especialmente a zonas rurales y amazónicas, donde la falta de acceso a agua potable y saneamiento persiste como un problema grave.
Fausto Valle, director de la Corporación Agua Para Todos, explica que el 80 % del agua usada en el país regresa a sus fuentes sin tratamiento, contaminando los ríos y pozos de donde se abastecen miles de familias. El consumo de este recurso insalubre limita el desarrollo neuronal y cognitivo de los menores, elevando su riesgo de desnutrición crónica y reduciendo sus oportunidades educativas y futuras.
Las provincias amazónicas de Morona Santiago, Orellana, Zamora Chinchipe, Napo y Pastaza enfrentan la mayor crisis. El Ministerio de Salud Pública aún investiga la relación entre la calidad del agua y la muerte de ocho niños en Taisha, quienes presentaron síntomas severos de intoxicación intestinal.
Jeniffer Yánez, docente de la PUCE, señala que la falta de campañas educativas y la confianza errónea en la apariencia del agua hacen que muchas personas consuman agua sin tratar, lo que agrava la problemática. Recomienda impulsar prácticas simples como hervir el agua y el lavado constante de manos para minimizar riesgos.
El sector privado y las autoridades locales también deben asumir su responsabilidad. Valle anunció la meta de garantizar agua potable y saneamiento universal para 2035, con iniciativas como “Municipios azules”, que capacitarán a funcionarios en el mantenimiento de plantas y gestión tarifaria, además de implementar filtros de agua en comunidades vulnerables.
Afecta a ecosistemas sensibles
En Quito, menos del 5 % de las aguas servidas recibe tratamiento, lo que provoca contaminación que incluso afecta a ecosistemas sensibles como Galápagos. Antonio Machado, investigador de la USFQ, propone identificar y controlar las fuentes contaminantes industriales, agrícolas y domésticas como medida urgente.
En Guayaquil, el Ministerio del Ambiente sanciona al Municipio e Interagua por niveles elevados de coliformes fecales en plantas de tratamiento, lo que pone en riesgo la calidad del agua que consume la población.
El desafío de garantizar agua segura en Ecuador requiere voluntad política, recursos y educación para proteger la salud de los niños y el futuro del país. (I)