QUITO, Pichincha
Helen R., quien promovía sus servicios como cirujana plástica a través de redes sociales y publicidad, fue sentenciada por homicidio culposo. A pesar de contar con un título académico de cuarto nivel, este no le permitía realizar intervenciones quirúrgicas complejas como las que realizó a su paciente.
La paciente, de 39 años, se sometió el 27 de agosto de 2020 a una cirugía de mamoplastia de aumento, lipoescultura tumescente y lipotransferencia glútea en una clínica ubicada en el norte de Quito. Tras la cirugía, que duró seis horas, fue trasladada al área de recuperación, donde se descompensó gravemente.
Durante este proceso, Helen R. no diagnosticó a tiempo las complicaciones ni ordenó su traslado inmediato a un hospital para recibir atención especializada. Además, ignoró las recomendaciones de un amigo cercano de la paciente, quien solicitó su traslado a otro centro médico.
Como resultado, la paciente sufrió un shock hipovolémico a causa de laceraciones internas, lo que llevó a su fallecimiento en los siguientes días. La autopsia confirmó que la causa de muerte fue el daño causado por las cánulas de succión empleadas durante la cirugía.
La justicia procesó a Helen R. por homicidio culposo, un delito tipificado en el artículo 146 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), con una pena que varía de uno a tres años de cárcel. ¿Cómo pueden prevenirse estos casos en el ámbito de la cirugía estética para garantizar la seguridad de los pacientes? (I)