
QUITO, Pichincha
La tensión dentro de Revolución Ciudadana (RC) escaló el 20 de noviembre de 2025, luego de que el expresidente Rafael Correa anunciara públicamente que retira su respaldo a la prefecta del Guayas, Marcela Aguiñaga, quien busca la reelección en las próximas elecciones seccionales. La decisión marca un giro drástico en la disputa interna entre Aguiñaga y Luisa González, presidenta del movimiento.
Correa, desde su cuenta oficial en X, expresó su molestia por la reunión que Aguiñaga mantuvo en Guayaquil con Lourdes Tibán, prefecta de Cotopaxi, dirigente de Pachakutik y una de las críticas más férreas del exmandatario. El encuentro se desarrolló en la sede municipal, con la participación del alcalde Aquiles Alvarez y representantes de las siete prefecturas que integran la Mancomunidad de la Cuenca del Río Guayas.
Aguiñaga difundió un video junto a Tibán y Alvarez, lo que desencadenó la reacción de Correa:
“Después de salir con Lourdes Tibán bajo el argumento de que no hay ‘banderas políticas’ para trabajar –que sí las hay, como también debe haber dignidad– seré el primero en oponerme a la reelección de Marcela Aguiñaga. Luisa tenía toda la razón. Jamás claudicaremos en principios”, escribió el exmandatario.
Una fractura que ya no se oculta
Con este pronunciamiento, Correa deja atrás la postura prudente que había mantenido en semanas anteriores. En septiembre, incluso criticó a González cuando ella sugirió que Aguiñaga y otros funcionarios del movimiento no debían ser candidatos a la reelección. Sin embargo, la reciente reunión de la prefecta con Tibán cambió el tablero político y llevó a Correa a alinearse con la presidenta del movimiento.
La crisis interna se agrava en un año donde RC ha enfrentado derrotas electorales, fracturas organizativas y pugnas por el liderazgo. González, cuestionada por estos resultados, dejará el cargo en enero, cuando se realice la Convención Nacional de RC, donde se elegirá a su reemplazo. El único nombre adelantado hasta ahora es el de Felipe Vega de la Cuadra, considerado un aliado directo del expresidente.
La decisión de Correa abre un nuevo capítulo en la disputa interna y anticipa un proceso electoral complejo para el movimiento, que deberá reorganizarse en medio de tensiones que ya se evidencian a nivel nacional. (I)
