
QUITO, Pichincha
La Reserva Mashpi-Tayra, ubicada al noroeste de Quito, sumó un nuevo hallazgo que refuerza su valor como santuario de biodiversidad: el Phragmotheca centinelensis, un árbol nativo considerado en peligro de extinción. Esta especie alcanza hasta 50 metros de altura y desarrolla raíces tablares de hasta siete metros, además de destacar por sus flores rojas y frutos vistosos que contrastan entre la niebla del bosque nublado.
Este descubrimiento marca la tercera ubicación documentada de la especie en Ecuador. Previamente, científicos la identificaron en la Cordillera Centinela, provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, y en una finca de la zona de Cielo Verde, en Imbabura. La reciente aparición en Mashpi-Tayra justifica su clasificación como especie amenazada según los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), según informó Mashpi Lodge en un comunicado oficial.
Juan Ernesto Guevara
El hallazgo es fruto de varios años de investigación liderada por el botánico Juan Ernesto Guevara, de la Universidad de las Américas (UDLA), quien ha trabajado en distintos sectores del Chocó ecuatoriano, uno de los ecosistemas más biodiversos y amenazados del planeta. Documentar especies raras como el Phragmotheca centinelensis permite comprender la riqueza biológica de la región y fortalece los argumentos científicos para conservar estos bosques vitales.
“La desaparición del bosque nuboso no solo implica la pérdida de especies únicas, sino también el deterioro de servicios ecosistémicos esenciales para la población”, explicó Guevara. Estos ecosistemas regulan el clima, capturan carbono y proveen agua para consumo humano, riego y generación hidroeléctrica en zonas como Quito, Los Bancos y Pedro Vicente Maldonado.
La Reserva de la Biósfera del Chocó Andino, donde se sitúa Mashpi-Tayra, abarca 286.000 hectáreas —un 30,3% de la provincia de Pichincha— y alberga una concentración excepcional de vida silvestre: oso de anteojos, gallo de la peña, zamarrito pechinegro, tigrillos, olingos y cientos de especies de anfibios, insectos y reptiles.
Cada hectárea de estos bosques puede capturar hasta 250 toneladas de carbono, destacó el Ministerio del Ambiente, lo que refuerza su papel frente al cambio climático.
La Reserva Mashpi-Tayra continuará su trabajo en alianza con comunidades locales, investigadores y organizaciones ambientales para proteger especies clave y asegurar el futuro del bosque nublado andino. (I)
