ESMERALDAS, Esmeraldas
Las tropas del Ejército Ecuatoriano irrumpieron en un presunto campamento del grupo armado Segunda Marquetalia, en el sector Bocanas de Lagarto, cantón Eloy Alfaro, provincia de Esmeraldas. Durante el operativo se registró un enfrentamiento armado que dejó como resultado la captura de dos sospechosos y el decomiso de armamento, vehículos y uniformes policiales utilizados en actividades ilícitas.
El reconocimiento militar, ejecutado con base en inteligencia táctica, permitió identificar el enclave vinculado a la organización disidente de las FARC, considerada parte del crimen organizado transnacional. Los uniformados ingresaron a la zona y fueron recibidos con fuego cruzado. Los soldados repelieron el ataque y capturaron a César Enrique P. R., ciudadano venezolano, y a Xavier Enrique H., de nacionalidad ecuatoriana.
Evidencias incautadas:
- 50 cartuchos calibre 9 mm
- 2 subametralladoras tipo mini Uzi
- 4 uniformes de uso policial
- 1 chompa de criminalística
- 2 vehículos
Fuerzas Armadas
Las Fuerzas Armadas también confirmaron que el campamento estaba acondicionado para actividades logísticas y operativas de la agrupación irregular, lo que refuerza la hipótesis de su instalación estratégica en territorio ecuatoriano.
Este operativo se inscribe en la ofensiva militar iniciada en enero de 2024, tras la declaratoria de conflicto armado interno contra más de 20 estructuras criminales. Desde entonces, el Gobierno intensificó las intervenciones en Esmeraldas, una provincia fronteriza con Colombia, considerada corredor crítico para el narcotráfico por sus rutas terrestres y marítimas.
“El control militar en estas zonas fronterizas es clave para desarticular a estos grupos armados que amenazan la seguridad nacional”, declaró un vocero del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, al confirmar que la vigilancia continuará de forma permanente en la zona norte del país.
La Segunda Marquetalia, liderada por excombatientes disidentes de las FARC, mantiene nexos con redes del narcotráfico en la región. Su presencia en la frontera norte representa un riesgo transnacional que ha sido denunciado tanto por autoridades ecuatorianas como colombianas. (I)