Por Pedro Merchán Miñán, Mgs.
El Ecuador enfrenta una contradictoria y preocupante imagen en torno al Plan Fénix implementado por el Gobierno, donde la Ministra de Gobierno insta a la ciudadanía a colaborar con la policía nacional, pidiendo recursos para combatir la inseguridad.
Aunque se menciona una reducción del 99% en la violencia en Ecuador, la realidad de un incremento diario de asesinatos desafía esta afirmación.
La dicotomía entre la percepción oficial y la situación real de inseguridad en el país es evidente, generando inseguridad e intranquilidad sobre la efectividad y transparencia del Plan Fénix.
A pesar de la voz popular en la consulta de involucrar a las fuerzas armadas en conjunto con la policía para abordar la violencia, hasta la fecha la situación sigue siendo una quimera, es decir, un sueño o una ilusión inalcanzable.
Esta problemática pone de manifiesto la importancia de una evaluación crítica de las políticas gubernamentales en materia de seguridad, así como la necesidad de dejar la panacea política por parte del Gobierno y que su participación efectiva en combate de la delincuencia se vea en las calles y no solo sea demagogia en la construcción de la perspectiva social de algo inexistente e inexplicable. (O)
