Por Franklin Moreno Quezada
Pese a que la Constitución de la República establece el derecho de los consumidores a recibir bienes y servicios públicos y privados de óptima calidad y a elegirlos con libertad, los entes de control de alimentos no realizan con oportunidad y eficiencia los controles de calidad.
Actualmente ya no debemos consumir sin el peligro de ingerir alimentos preparados con plomo y otros venenos para nuestra salud, y la salud de nuestros familiares.
Lo grave del asunto es que los entes de control estatal esconden la identificación de los productos contaminados, dejándonos en indefensión.
Gracias al aporte de entidades privadas hoy conocemos que la canela en polvo, salsas, embutidos, café en polvo, cocoa en polvo, leches y otros se elaboran con ingredientes nocivos.
Y el Estado, silencio cómplice, se actualiza la frase de la impunidad: » Yo no sé» «Yo no fui» la falta de información oficial me mantiene en ayunas ya no confiamos en la canelita, chocolate, embutidos, leche.
Tanta indolencia.
Si el gobierno nos mantiene en indefensión cómo podemos respaldarlo.
A los proveedores de alimentos contaminados también hay que declararles la guerra: ¡Más tarde que nunca! (O)