CIUDAD VATICANO, El Vaticano
La muerte del Papa Francisco fue anunciada este la mañana de este lunes 21 de marzo por el cardenal Kevin Farrell, camarlengo del Vaticano. El sorpresivo anuncio se dio un día después de que Francisco reapareciera en la basílica de San Pedro durante el último día de Semana Santa e hiciera un recorrido en el papamóvil.
“A las 7:35 a.m., el obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre. Dedicó toda su vida al servicio del Señor y de su Iglesia (…) Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente a favor de los más pobres y marginados”, dijo Farrell.
El argentino Jorge Mario Bergoglio fue elegido como máximo jefe de la Iglesia católica en marzo de 2013 y pidió que lo llamaran Papa Francisco.
Durante los últimos meses padeció complicaciones respiratorias y pasó internado en el hospital Gemelli hasta el pasado 23 de marzo cuando le dieron el alta médica.
Causa de la muerte del Papa Francisco
El Papa falleció a los 88 años a causa de un ictus cerebral (derrame) y un colapso cardiovascular irreversible, según el acta de defunción firmada por el director de Sanidad e Higiene del Estado Vaticano.
El documento médico detalla que el Papa tenía antecedentes de insuficiencia respiratoria aguda en neumonía bilateral multimicrobiana, bronquiectasias múltiples, hipertensión y diabetes tipo II.
¿Qué es un ictus cerebral?
Es un trastorno circulatorio que afecta al cerebro y puede causar daños permanentes en las células cerebrales. Ocurre cuando el flujo sanguíneo hacia una parte del cerebro se interrumpe o se reduce, privando a las células cerebrales de oxígeno y nutrientes esenciales.
Los síntomas de un ictus cerebral pueden variar dependiendo de la ubicación y la gravedad del daño cerebral. Algunos síntomas comunes incluyen: debilidad o entumecimiento, dificultad para hablar, dificultad para caminar, visión doble o pérdida de visión, dolor de cabeza intenso.
Existen dos tipos de ictus. El primero es el isquémico, cuya consecuencia final es el infarto cerebral, situación irreversible que lleva a la muerte a las células cerebrales afectadas por la falta de aporte de oxígeno y nutrientes transportados por la sangre.
El segundo caso es un ictus hemorrágico, que es menos frecuente, pero su mortalidad es considerablemente mayor. (I)