
Definitivamente los ciudadanos no aprendemos. Hemos conocidos numerosas estafas por medio de promesas de pagar intereses elevados por “inversiones” fáciles. Lo último que ocurre en Quevedo. Ahí ofrecen hasta el 90 por ciento de réditos por inversiones. Ahora se observan filas para entregar dinero, luego se verán filas para reclamar algo que no recuperarán. ¡Y el mundo… sigue su marcha! (O)
