QUITO, Pichincha
Con corte a las 22:35 de este domingo 20 de agosto del 2023 y un total de 5950 actas escrutadas, el Sí toma ventaja en la consulta popular del Chocó Andino, cuyo objetivo es proteger esta reserva de biosfera de la actividad minera.
En esta consulta popular, que la Corte Constitucional aprobó en enero de 2022, votaron exclusivamente los habitantes del Distrito Metropolitano de Quito (DMQ). Se quiere prohibir minería en la Reserva de la biósfera del Chocó Andino
Los resultados en cada preguntan avanzan de la siguiente manera:
Pregunta 1:
Que se prohíba la explotación de minería metálica de escala artesanal dentro de las parroquias de Nono, Calacalí, Nanegal, Nanegalito, Gualea y Pacto, que conforman la Mancomunidad del Chocó Andino.
Sí: 67,56% (109 575) No: 32,44% (52 611)
Pregunta 2:
La prohibición de la explotación de minería metálica a pequeña escala en Nono, Calacalí, Nanegal, Nanegalito, Gualea y Pacto, que conforman la Mancomunidad del Chocó Andino.
Sí: 67,55% (86 487) No: 32,45% (41 544)
Pregunta 3:
Prohibir la explotación de minería metálica a mediana escala en la Mancomunidad del Chocó.
Sí: 67,76% (83 746) No: 32,24% (39 843)
Pregunta 4:
Que se prohíba la explotación de minería metálica a gran escala en los territorios de las parroquias de Nono, Calacalí, Nanegal, Nanegalito, Gualea y Pacto.
Sí: 67,83% (83 967) No: 32,17% (39 815)
¿Qué es el Chocó Andino?
El Chocó Andino es un bosque nublado de 286 000 hectáreas que representan el 30,31% de la provincia de Pichincha. Está ubicado en el noroccidente de Quito y está compuesta por seis parroquias: Nono, Calacalí, Nanegal, Nanegalito, Gualea y Pacto.
Además, esta Mancomunidad es considerada un área de prioridad de conservación mundial y alberga nueve bosques protectores, más de 35 reservas naturales, cuatro áreas de conservación y uso sostenible y el corredor ecológico del oso andino.
En 2018, el Chocó Andino fue declarado como reserva de la biósfera por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés). Una reserva de la biósfera es un lugar en el que se reconcilian la conservación de la biodiversidad y la actividad humana, a través del uso sostenible de los recursos naturales.
Además, el Chocó Andino es considerado un ‘hotspot’ de biodiversidad y dentro de su territorio se esconden centenas de especies de flora y fauna: 150 especies de mamíferos; 700 especies de aves; más de 3 200 especies de flora; 40 especies de reptiles; y 140 especies de anfibios.
Algunos de los mamíferos más destacados del Chocó son el puma, cuatro especies de venado, el oso de anteojos y el olinguito. Además, en su extensión, este bosque nublado esconde al menos 320 sitios arqueológicos de la cultura precolombina Yumbo.
La reserva de la biósfera del Chocó también es un importante reservorio de agua. En la mancomunidad se encuentran cinco cuencas hídricas que aportan agua a poblaciones dentro y fuera de la reserva. Según datos de la ahora extinta Secretaría Nacional del Agua, el Chocó produce un caudal de 291 856 litros de agua por segundo. Esta zona, dijo la institución, beneficia con agua potable a más de 20 000 personas.
La importancia del Chocó también está en su capacidad para remover dióxido de carbono de la atmósfera. Los bosques de esta reserva remueven al menos 266 000 toneladas de carbono cada año, según datos del Colectivo Quito Sin Minería. Esto ayuda a disminuir el cambio climático y el calentamiento global. (I)