BAHRÉIN
Se habían convertido en una caricatura. La leyenda, la pasta, el inglés macarrónico, los VIP más auténticos del paddock, pero lo mejor del coche era el cavallino rampante. «Ma quando vincerà la Ferrari», preguntaba hasta el apuntador al llegar a Monza. Pues todavía no han ganado, pero la exhibición de poderío, caballos, potencia y pontones ha retumbado en la clasificación del GP de Bahréin que inaugura la nueva era de la Fórmula 1: Leclerc logró la pole y sólo Verstappen, segundo, fue capaz plantar cara a los dos F1-75.
Sainz firmó un gran tercero que sabe a poco, porque se había anotado el penúltimo intento y no fue capaz de mejorar en el decisivo, cuando Mad Max se coló definitivamente entre ambos. Pero esto no ha hecho más que empezar y los Ferrari se citan contra los dos Red Bull, Checo fue cuarto, en la primera frenada de Sakhir.
La superioridad del toro rojo y el caballo en pie fue tangible desde que los coches salieron a la Q1. Les bastó con una vuelta, y poco más o menos lo mismo en Q2 cuando los de Maranello salieron a rodar con neumáticos usados. Están en otra liga, tienen lo que antes se conocía como un Mercedes. Y Mercedes… Hamilton salvó el honor con un quinto puesto en parrilla que no suena fatal, pero el ritmo de carrera del W13 es lo más decepcionante del paquete. Russell, ni eso: noveno. Se dice por el paddock que no llegará una solución hasta Ímola.
Un duelo emocionante en Q3
La Q3 fue preciosa delante, con tres pilotos menores de 28 años dando espectáculo a una vuelta y alternándose al frente: Verstappen fue el mejor antes en la segunda clasificatoria, Sainz lideró el primer intento y Leclerc arrasó al final.
«Los últimos años fueron increíblemente difíciles para el equipo y queríamos aprovechar la oportunidad», dijo el monegasco después de sumar la décima pole de su carrera. Es una estrella a una vuelta, entre los mejores, si no el mejor.
El tercero de Sainz es agridulce, pero está en la pelea y además se sobrepuso a un fin de semana complicado, sin sensaciones. Empezó el sábado a medio segundo de Leclerc y lo acabó a una décima, por momentos incluso delante. A Hamilton le acompañará Bottas en la tercera línea, pero no con un Mercedes sino con un Alfa Romeo. El renacer del viejo Sauber es inédito y refleja bien el nivel de prestaciones que ofrece el nuevo motor de Ferrari. Magnussen, recién llegado y con el Haas, fue séptimo. Se puede empezar a decir en alto que la unidad de potencia de los italianos ya es la mejor de la parrilla.
Alonso, Q3 cómoda con el Alpine
Fernando Alonso entró en el top-10 sin sufrir, aunque llegó sólo con un juego nuevo de blandos y apenas disfrutó de un intento. Clasificó octavo, detrás de dos flechas propulsadas por Maranello, pero el Alpine se confirma como un contendiente de esta zona media. En carrera mira hacia delante, hay dos coches de su franja.
También hacia atrás, con un Mercedes venido a menos y Gasly, que siempre está ahí pilote lo que pilote. Entre las decepciones de la noche se destacan Mick Schumacher (a medio segundo de un recién llegado), McLaren en pleno, Aston Martin y Williams. A algunos les ha sentado fatal el cambio de reglas. A Ferrari le ha sentado de maravilla. (D)
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