QUITO, Pichincha
Una eventual erupción del volcán Cotopaxi podría comprometer el suministro de agua potable para cerca de 700 000 personas en Quito, según expertos en gestión de riesgos e infraestructura hídrica. La capital ecuatoriana depende en gran medida del Sistema Conducciones Orientales, que capta el líquido vital del río Pita y del páramo Alto Pita, ubicados en zonas de influencia directa del coloso.
Este sistema transporta agua cruda por un canal abierto de 40,8 kilómetros hasta las plantas de tratamiento Puengasí, Conocoto y El Placer. Solo la planta Puengasí abastece al 27% del Distrito Metropolitano, desde la avenida Morán Valverde hasta Naciones Unidas.
Patricia Carrillo, directora metropolitana de Gestión de Riesgos, detalla que una erupción afectaría el agua de Quito de dos formas: la caída de ceniza complicaría la potabilización del agua en las plantas, mientras que los flujos piroclásticos y los lahares podrían destruir tuberías e infraestructura de conducción.
“Existe una red de interconexión para abastecer a Quito desde Papallacta y Bellavista, pero aún no opera. Activarla implicaría suspender temporalmente el servicio en toda la ciudad”, explicó Carrillo. Esta medida fue evaluada en julio de 2025, cuando un deslizamiento en el Antisana dejó sin agua a más de 400 000 personas durante 20 días.
Impacto en la infraestructura y distribución
El ingeniero ambiental José Salazar, con experiencia en el sistema hídrico de Quito, confirma que el río Pita abastece a aproximadamente un 30% de la capital. Advierte que una erupción con alta carga de ceniza superaría la capacidad de tratamiento de las plantas, lo que podría generar cortes de agua por semanas.
Aunque existen tuberías para desviar agua desde otras fuentes como La Mica, estas no cubrirían la demanda total, por lo que las autoridades aplicarían cortes programados y racionamientos.
Riesgo urbano y estrategias de mitigación
Wilson Goyes, especialista en riesgos naturales, sostiene que zonas como el sur y sureste de Quito —Cumbayá, Valle de los Chillos, Guamaní y Chillogallo— enfrentarían los mayores riesgos por su cercanía al Cotopaxi. “Incluso sectores del centro y norte podrían ver comprometida la calidad y cantidad del agua”, afirmó.
Entre las medidas urgentes recomienda reforzar la infraestructura, diversificar fuentes de abastecimiento, instalar plantas potabilizadoras móviles y fomentar el consumo responsable.
Consecuencias a escala nacional
Christian Rivera, experto en gestión de emergencias, advirtió que la erupción también afectaría a Latacunga, centro estratégico de producción y distribución de alimentos del país. Además, la caída de ceniza dañaría el tendido eléctrico, afectando múltiples servicios.
Rivera destacó una obra clave construida durante la alcaldía de Mauricio Rodas: una tubería elevada que cruza zonas de flujo de lava sin quedar expuesta a daños directos. “Gracias a esa infraestructura, el 80% del agua potable de Quito podría mantenerse operativa ante una erupción”, explicó.
Estado actual del volcán y preparación
El Instituto Geofísico del Ecuador reporta que el Cotopaxi mantiene una actividad superficial e interna baja, aunque las autoridades no descartan escenarios adversos. El Municipio cuenta con planes de evacuación, puntos de encuentro y albergues para zonas de riesgo como Tumbaco y Los Chillos.
En caso de afectación directa al sistema del río Pita, las plantas de La Mica y Papallacta cubrirían parcialmente la demanda. No obstante, se aplicarían cortes sectorizados y horarios definidos de distribución.
La cercanía del Cotopaxi a fuentes clave de abastecimiento deja a Quito vulnerable. Aunque existen planes de contingencia, los expertos insisten en acelerar acciones preventivas antes de enfrentar una posible emergencia volcánica. (I)
