GUAYAQUIL, Guayas
La detonación de una camioneta doble cabina negra, cargada con explosivos, sacudió los alrededores de la Penitenciaría del Litoral en Guayaquil el 13 de marzo de 2025. La onda expansiva destrozó vitrinas y ventanales hasta 130 metros de distancia, esparciendo esquirlas metálicas y plásticas en un radio de 50 metros. Un guía penitenciario murió, seis vehículos quedaron calcinados y decenas de negocios y viviendas sufrieron daños estructurales.
Edison Baldeón, comerciante de encebollados, narró que la explosión derribó la puerta metálica de su negocio, ubicado a 50 metros del epicentro. “Escuchamos un estruendo y todo se remeció. Pensé que un árbol se había caído, pero al salir vi tres carros en llamas”, relató.
La transmisión trasera del vehículo fue expulsada a más de 30 metros, mientras que el motor quedó destrozado y disperso en la escena. La Policía intenta recuperar el número de serie del motor para determinar si el vehículo había sido reportado como robado.
Daños en negocios y viviendas
El atentado afectó locales en la vía a Daule, kilómetro 16,5. Al menos diez comercios reportaron puertas metálicas perforadas o desprendidas, vitrinas destruidas y techos colapsados. En el barrio Unión de Propietarios, hogar de varios guías penitenciarios, decenas de casas sufrieron ventanas rotas, techos dañados y paredes cuarteadas. Wilson Jiménez describió cómo su aire acondicionado se desplomó y las lámparas fluorescentes cayeron al suelo.
“Primero hubo un estallido menor, luego nos avisaron de coches bomba, y después vino la explosión más fuerte”, relató Dévora, una tendera cuya hija de 13 años fue arrojada de la cama por la fuerza del impacto.
La Policía maneja dos líneas de investigación. La primera apunta a represalias por los traslados de reclusos dentro de la Penitenciaría, especialmente en el pabellón 3, dominado por la organización criminal Los Duendes. Estos movimientos internos podrían haber beneficiado a la banda rival Los Lobos, desatando el ataque.
La segunda teoría sugiere una escalada de violencia de Grupos Armados Organizados (GAOs), como Los Choneros y Los Lobos, en respuesta a las acciones del Estado contra el crimen organizado.
En febrero, un ataque armado en la Penitenciaría hirió a un policía, mientras que el 7 de marzo fueron hallados cinco reclusos muertos en circunstancias aún no esclarecidas.
Según la Policía, los atacantes incendiaron la camioneta antes de que explotara. El guía penitenciario fallecido se acercó a inspeccionar el incendio cuando la onda expansiva lo lanzó contra un muro al otro lado de la vía a Daule. (I)