QUITO, Pichincha
La noche del pasado viernes 20 de diciembre de 2024, habitantes de Quito, Guayaquil y Santo Domingo de los Tsáchilas expresaron su descontento por apagones no anunciados. Estas interrupciones, que afectaron actividades y generaron confusión, ocurrieron pese a los compromisos previos del Ministerio de Energía para evitar más cortes.
Desde la mañana, sectores como La Carolina en Quito, junto a zonas de Cuenca, Guayaquil, Daule y Samborondón, ya experimentaban fallas en el suministro eléctrico. Según la Empresa Eléctrica Quito, los cortes matutinos se debieron a ajustes técnicos durante un proyecto de cambio de voltaje, lo que dejó sin servicio a barrios enteros.
El malestar ciudadano también se extendió a Conocoto y La Aurora, donde las interrupciones no programadas impactaron actividades cotidianas. A pesar de los esfuerzos, las fallas continuaron durante la noche, afectando aún más a Guayaquil y Santo Domingo.
El Ministerio de Energía y Minas atribuyó los apagones a una avería en la línea de transmisión Chorrillos-Tisaleo de 500 kV, ocasionada por intensas lluvias y descargas eléctricas en la zona. Las autoridades, en coordinación con CELEC EP, trabajan para reestablecer el servicio lo antes posible.
Ante esta situación, surge una inquietud: ¿Está el sistema eléctrico preparado para enfrentar fenómenos climáticos cada vez más intensos? (I)