QUITO, Pichincha
El volcán Guagua Pichincha mantiene una actividad interna controlada, según el último informe del Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional. Aunque se ha registrado una ligera intensificación de su comportamiento, los técnicos descartan por ahora un riesgo para la ciudad de Quito.
Benjamin Bernard, vulcanólogo del IG, aunque se han identificado señales de deformación del terreno y emisión de gases magmáticos —como dióxido de azufre—, no hay indicios de una erupción inminente. “Observamos una inflación leve en el domo Cristal, pero esta solo puede medirse con equipos de alta precisión”, precisó.
Durante las últimas semanas, el volcán ha registrado entre cinco y diez sismos diarios, todos imperceptibles para la población. Uno de ellos, de magnitud 3.8 ocurrido hace seis semanas, provocó un deslizamiento en la zona de las termas.
Zona restringida por gases tóxicos y riesgo de derrumbes
El Instituto Geofísico reiteró que el principal peligro recae en los visitantes que ingresan a zonas restringidas, como el cráter o las termas. El área presenta acumulación de gases volcánicos tóxicos y posibilidad de desprendimientos de rocas.
El acceso permitido llega hasta el filo del cráter, conocido como Toaza. Cruzar ese límite representa un riesgo innecesario, subrayó Bernard.
Instrumentos en vigilancia constante
El IG mantiene una red de monitoreo activa con sismómetros, GPS de alta resolución, inclinómetros y cámaras de transmisión en tiempo real. Además, drones especializados y sensores satelitales vigilan deformaciones y emisiones en la superficie del volcán.
El monitoreo incluye controles frecuentes en fumarolas, fuentes termales y emisiones de gas.
La última erupción significativa del Guagua Pichincha ocurrió en 1999. Desde entonces, ha presentado actividad fumarólica y sísmica intermitente. El IG asegura que, hasta el momento, Quito no enfrenta amenaza directa, aunque continuará con vigilancia permanente sobre este macizo andino de 4.784 metros de altura. (I)
