ROMA, Italia
Un hallazgo paleontológico de alcance mundial salió a la luz en los Alpes italianos, donde expertos identificaron cientos de huellas de dinosaurios con una antigüedad aproximada de 210 millones de años, dentro del Parque Nacional del Stelvio, al norte del país.
Las autoridades informaron el 16 de diciembre de 2025 que las pisadas se extienden por cientos de metros en una zona ubicada entre Bormio y Livigno, localidades que acogerán competencias de los Juegos Olímpicos de Invierno Milán–Cortina 2026. El presidente de la región de Lombardía, Attilio Fontana, calificó el conjunto como una de las mayores colecciones de huellas de dinosaurios de Europa y del mundo.
El descubrimiento ocurrió en septiembre, cuando el fotógrafo de naturaleza Elio Della Ferrera detectó las marcas en una ladera rocosa casi vertical, con huellas que alcanzan hasta 40 centímetros de diámetro. Tras el aviso, el paleontólogo Cristiano Dal Sasso, del Museo de Historia Natural de Milán, lideró un equipo científico para su análisis.
Estudios revelan
Los estudios revelan desplazamientos paralelos, lo que indica que los dinosaurios se movían en manadas, y rastros de comportamientos complejos, como agrupaciones circulares que podrían responder a estrategias defensivas. “Es un patrimonio científico inmenso”, destacó Dal Sasso.
Las huellas permanecen preservadas en rocas dolomíticas del Triásico Superior y corresponden, en su mayoría, a dinosaurios bípedos, probablemente prosaurópodos herbívoros, de cuello largo, cabeza pequeña y hasta 10 metros de longitud. Las pisadas mejor conservadas muestran al menos cuatro dedos, con señales de garras afiladas.
Aunque hoy aparecen en una empinada ladera alpina, cuando los animales caminaron por la zona el entorno era tropical y pantanoso, con marismas que se extendían por cientos de kilómetros. El posterior levantamiento de los Alpes y la erosión devolvieron las huellas a la superficie.
Para el geólogo Fabrizio Berra, el yacimiento ofrece una oportunidad única para estudiar la evolución de los animales y su ambiente. “Es como leer las páginas de un libro escrito en piedra”, afirmó. (I)
