CUENCA, Azuay
La Arquidiócesis de Cuenca denuncia las intimidaciones y agresiones físicas que han sufrido dos sacerdotes, por parte de un extranjero de nacionalidad china, en la ciudad de Cuenca.
Hace una semana el extranjero que hablaba chino mandarín se había acercado a las cúpulas de la Catedral (zona céntrica de Cuenca) donde entregó un mensaje escrito en el que se leía “vine a matar a alguien”.
Luego, el mismo implicado interceptó entre las calles Padre Aguirre y Sucre, al padre Rider Macas, a quien le preguntó si era sacerdote. Ante la respuesta positiva del sacerdote, el extranjero sujetó con fuerza al padre Macas y le aseguró que vino a matar a un sacerdote. El presbítero logró liberarse y escapar. El caso quedó sin complicaciones, pero causó la primera alerta de agresión.
Celebrando ecuaristía
Sin embargo, el último incidente y quizá el más violento ocurrió el 27 de diciembre de 2023, en las instalaciones de la Catedral de la Inmaculada Concepción de Cuenca.
Mientras celebraba la eucaristía el padre José Conde, el extranjero se acercó al presbítero intentando asfixiarlo, al punto que el sacerdote cayó desmayado.
Gracias a la intervención de los ciudadanos que participaban de la eucaristía, el agresor fue capturado y puesto a órdenes de las autoridades.
Pero, un comunicado de la Arquidiócesis de Cuenca señala que, a pesar de que se puso la denuncia respectiva, lamentablemente el juez a cargo le dejó en libertad al agresor.
Ante los hechos señalados, la Arquidiócesis de Cuenca pide a las autoridades reforzar la seguridad en la ciudad y ofrece sus oraciones por la paz del Ecuador.
Denuncian el hecho
Marcos Pérez, arzobispo de Cuenca, en declaraciones a la prensa, detalló que la agresión al padre José Conde, fue durante la misa de las 15:00 del 27 de diciembre.
Aquella tarde, como parte de la eucaristía, el sacerdote realizaba el ofertorio, es decir, presentaba las ofrendas que iban a ser consagradas y repentinamente fue atacado por el referido extranjero que aplicó llaves de artes marciales en el cuello del sacerdote.
El día del ataque, los ciudadanos que capturaron al agresor lo entregaron a los uniformados que acudieron al llamado de emergencia: Guardia Ciudadana y Policía Nacional. (I)