Por Franklin Moreno Quezada.
La carrera para matar al ser que aloja en el vientre materno se ha convertido en una feria. El ser que se desarrolla desde la segunda semana de Concepción tiene muchos enemigos primero las activistas feministas y ahora los partidos políticos
Les importa un bledo que la Constitución proteja el cuidado y protección de la vida desde la Concepción, tampoco el hecho innegable de que el niño que crece en el vientre es otra vida diferente a la vida de la mujer que lo concibió y que son las dos vidas que debemos salvar.
Les importa un bledo que se autorice el aborto por violación sin el requisito de la presentación de una denuncia. Les importa un pepino que sin denuncia jamás se sancionará al violador
Les importa un comino el que sin denuncia la revictimicen de la niña que volverá a ser violada, y que el violador siga en el seno de la familia.
Nada de ello, lo prioritario es matar, y si no podemos asesinar al nasciturus hay que hacer varias propuestas el objetivo es la muerte del niño.
Acaba de descubrirse el agua tibia, la Izquierda Democrática en sed de sangre a propuesto tres edades del niño para asesinarlo. Y esta propuesta descabellada tendrá respaldo en la calidad ética de los asambleístas.
Me mantengo en posición firme por el derecho a la vida desde la Concepción.
Los jefes de los partidos políticos como factores coadyuvantes han dejado en libertad a sus marionetas para completar el número de votos. ¡Indolentes! (O)