Por Pedro Merchán Miñán
En la actualidad la forma física, preparación e imagen de los maestros de artes marciales son aspectos muy importantes para la enseñanza y la representación de estas disciplinas.
Los maestros de artes marciales deben encarnar los principios y valores que promueven, lo que incluye mantener una condición física óptima y una preparación técnica actualizada.
En primer lugar, la forma física de un maestro de artes marciales es y debe ser óptima. Un cuerpo en buen estado físico no solo demuestra disciplina y dedicación, sino que también asegura que el maestro pueda ejecutar y enseñar las técnicas de manera efectiva.
Un maestro que está en buena forma física es más capaz de realizar movimientos precisos, rápidos y poderosos, lo que es esencial para la práctica y la enseñanza de las artes marciales.
Mejora continua
La preparación técnica es otro aspecto vital. Las artes marciales son disciplinas en constante evolución, con nuevas técnicas y métodos de entrenamiento que surgen con el tiempo. Un maestro debe estar comprometido con la mejora continua y la actualización de sus conocimientos y habilidades. Esto no solo beneficia al maestro, sino que también garantiza que los discípulos reciban una enseñanza de alta calidad y relevante.
Finalmente, la imagen del maestro es una representación visual de la disciplina y el respeto hacia el arte que practica. Un maestro que cuida su apariencia y se presenta de manera profesional inspira respeto y confianza en sus discípulos.
La imagen de un maestro de artes marciales debe ser coherente con los valores de la disciplina, transmitiendo seriedad, moral, ética, compromiso y excelencia.
En resumen, un maestro de artes marciales debe mantener una forma física adecuada, una preparación técnica constante y una imagen adecuada para ser un modelo a seguir y transmitir de manera efectiva los valores y conocimientos de su disciplina.
Un maestro que descuida estos aspectos no puede llamarse “maestro” y menos dictar clases. (D)
