DAULE, Guayas
La parroquia San Alberto Magno celebra, desde hace ocho años, la Solemnidad de Corpus Christi, con un testimonio público de devoción al Cuerpo y Sangre de Cristo a través de una gran procesión que reúne a más de 3.000 feligreses católicos.
Los feligreses de la Parroquia, junto con los movimientos laicales y los diversos grupos pastorales que desarrollan su labor apostólica en San Alberto Magno, rendirán un homenaje público de adoración a Nuestro Señor Jesucristo, presente en la Santísima Eucaristía, durante la tradicional celebración de la Solemnidad de Corpus Christi, expresando el amor y adoración hacia la Eucaristía.
La Santa Misa Solemne será presidida por monseñor Cristóbal Kudławiec, Obispo de Daule y se iniciará a las 08:00 en el colegio Torremar. Terminada la misma, se realizará la Adoración y Procesión a lo largo de la Av. León Febres-Cordero en dirección a Casa Laguna, donde retornarán.
Rendir tributo
El padre Alfonso Avilés, párroco de la Parroquia San Alberto Magno, destaca la importancia de rendir tributo a la presencia real de Cristo en la Eucaristía. “Esta solemnidad conmemora la institución de la Eucaristía durante la Última Cena, cuando Jesús transformó el pan y el vino en su cuerpo y sangre y pidió a sus apóstoles que hicieran lo mismo en su memoria.
De ahí que esta celebración reafirma la fe de los católicos en la presencia real y sustancial de Cristo en el Santísimo Sacramento, indicó el sacerdote.
Corpus Christi es una solemnidad profundamente arraigada en el corazón de los católicos en Ecuador y en todo el mundo.
Sus orígenes se remontan al siglo XIII, tras el reconocimiento del Papa Urbano IV del milagro eucarístico ocurrido en Bolsena, Italia, en 1263. Esta celebración fomenta un profundo sentido de comunidad y adoración entre los creyentes católicos.
En los tiempos actuales, Ecuador, en el 150 aniversario de su consagración al Corazón de Jesús y en el año del Congreso Eucarístico Mundial, junto con el mundo entero, necesita renovar su fe en la Santísima Eucaristía.
Y, de acuerdo al padre Avilés, esta renovación es esencial para influir positivamente en la sociedad, fortalecer los valores morales, y recuperar la paz y la seguridad. “Es fundamental que nuestras leyes y costumbres se alineen con las Leyes dictadas por Dios, nuestro Creador”.
Recordemos, dijo el sacerdote, que somos una patria consagrada al Corazón de Jesús y debemos ser consecuentes con este solemne compromiso nacional.
¡En la Solemnidad de Corpus Christi, unámonos en oración por la fe, la paz y la seguridad en Ecuador! (I)
