
La seguridad en el Ecuador está color de hormiga… pero de las grandotas medio rubias. Así se podría señalar la lucha sangrienta que se mantiene desde hace meses, por no decir años, por el dominio de territorio que es utilizado para la comercialización de droga. Matan a mansalva, sin miramientos, a quién sea y cómo sea. Ya no solo es el “muerto” designado, sino cualquiera que este junto a ellos. El Gobierno, los tres últimos, incluido el de don Guillermo, asumen su responsabilidad, pero no pasa nada. ¡Y el mundo…sigue su marcha! (O)