GUAYAQUIL, Guayas
Las señales de tránsito en el centro de Guayaquil están de adorno. Es común observar autos estacionados en lugares prohibidos por la ley. Un ejemplo es la calle Pichincha.
Ahí desde Junín hasta Nueve de Octubre, se ven a diario vehículos parqueados entre señales que les indican que no pueden hacerlo. Incluso lo hacen en los andenes destinados a las personas que tienen capacidades especiales (sillas de ruedas, muletas…).
Y no solo son los vehículos particulares, sino también los que deben hacer respetar esa ley.
Este sector es comercial y bancario, por el que circulan tanto vehículos como personas, y son estas últimas, las que sufren las consecuencias de la falta de los Agentes Civiles de Tránsito y la poca cooperación de los conductores que no les permiten una circulación rápida.
Problema general
Pero estas calles no las únicas que tiene problemas de circulación. Las adyacentes, como General Córdova, también tiene problemas. Entre Primero de Mayo y Nueve de Octubre, y en la intersección de P. Icaza, se estacionan, no solo los vehículos particulares, sino también los autos que trasladan a los pasajeros hacia diferentes sectores de Guayaquil y hacia las ciudadelas ubicadas en Samborondón y Daule.
Los conductores de automóviles hacen uso indebido de la vía pública al estacionarse sobre la zona cebra o de seguridad, en las que debería haber libre circulación. Están en doble fila o en espacios donde no pueden estacionarse.
El malestar de los ciudadanos aumenta, ya que muchos no pueden cruzar las calles con facilidad, debido a que los vehículos bloquean el paso, reduciendo el espacio necesario para su movilización.
Roberto, uno de los consultados, señaló que la falta de agentes d3e tránsito en este sector provoca que deba tener más cuidados al cruzar la calle.
Además del inconveniente de movilidad, esta falta de ordenamiento vehicular aumenta los riesgos de accidentes, ya que los vehículos estacionados en lugares inapropiados obstaculizan, además del paso peatonal, la visibilidad hacia los negocios de la zona.
Siendo los comercios afectados por este problema, ya que la congestión dificulta el acceso de los clientes, quienes, al no poder estacionarse adecuadamente, optan por abandonar sus compras o no visitar la zona en absoluto.
Es necesario implementar un control continuo en estas áreas, con un enfoque firme por parte de las autoridades encargadas para regular la mala gestión vehicular y evitar los inconvenientes que afectan a la comunidad.
Finalmente, conductores y peatones deben respetar las señalizaciones viales con el fin de prevenir accidentes y garantizar la seguridad en el futuro. (I)
