
LONDRES, Inglaterra
Alexander Isak no volverá a lucir la blanquinegra del Newcastle. La afición ‘magpie’ le ha convertido en el enemigo público número 1 por su afán de abandonar St. James’ Park y repudia todo lo que tenga que ver con el que hasta hace unas semanas era su ídolo, el gran artífice de la excelente temporada ‘geordie’: EFL Cup y clasificación para la Champions League.
El delantero se declaró en rebeldía, Eddie Howe le apartó de la dinámica del equipo y su paradero ahora es un misterio, después de pasar unas semanas en San Sebastián durante la pretemporada y emitir un comunicado explosivo reafirmándose en su postura. Isak está pendiente del teléfono, sabedor que los puentes destruidos con el Newcastle, club en el que ha militado las últimas tres temporadas, son irreconstruibles. Él ya ha apostado y lo ha hecho todo al rojo, una decisión arriesgada visto lo visto y su precio de tasación: 150 millones de libras -173 millones de euros-.
El Liverpool, a la expectativa
El Liverpool lo ha intentado, ofreciendo una cantidad ingente. Desde Anfield se pujó con 110 millones de libras -127 ‘kilos-, pero la respuesta desde las oficinas del Newcastle fue un no contundente. Los ‘reds’ manifestaron entonces que se retiraban de la negociación, aunque el panorama ha cambiado en las últimas horas.
En Inglaterra especulan con una tentativa final de los ‘scousers’, una oferta que colocaría a Isak en los libros de historia, convirtiéndose en el traspaso más caro del fútbol inglés.
El Liverpool, según ‘The Telegraph’, realizaría un intento final de 150 millones de euros más un pack de bonus de fácil cumplimiento, una cifra que se acercaría a lo solicitado por el Newcastle, que ya habría dado su ‘OK’.
El cronómetro avanza y juega en contra de todos los implicados en la operación, especialmente del Newcastle e Isak. Con la temporada ya empezada y un debut en Champions de altura contra el Barcelona de Hansi Flick, el club del noreste perdería una cantidad elevada de dinero para sus arcas y, con ello, la posibilidad de dar un último golpe en el mercado.
Las urracas han firmado al talentoso Nick Woltemade (80 millones), procedente del Stuttgart, y tienen dos objetivos para acabar de redondear la plantilla: Jorgen Strand Larsen y Yoane Wissa.
Isak, en el limbo
Peor parado quedaría el atacante nórdico, enquistado en una situación nada deseable: regresar a la dinámica del equipo, siempre y cuando cuente con el perdón de su entrenador, club y afición, mantenerse en rebeldía o asumir que le tocará chupar banquillo o grada si no rectifica. Menudo papelón. (D)
