QUITO, Pichincha
La Plaza de la Independencia vibró con la tradicional Serenata Quiteña, un evento que reunió al alcalde de Quito, Pabel Muñoz, y al presidente Daniel Noboa, en el marco de las festividades por los 490 años de fundación de la capital ecuatoriana.
Acompañados por la Banda Municipal y la Banda del Cuerpo de Bomberos, ambas autoridades compartieron un saludo público, mientras la lluvia marcaba un telón inusual pero emotivo para la celebración. Pese a las tensiones previas entre el Municipio y el Gobierno, la serenata se llevó a cabo, reforzando la importancia de las tradiciones quiteñas.
Entre aplausos y alegría, Noboa, junto a su esposa Lavinia Valbonesi, bailó al ritmo del icónico Chulla Quiteño y otros temas emblemáticos interpretados por las bandas. Este acto, que reflejó la riqueza cultural de Quito, congregó a funcionarios municipales y del Gobierno, quienes en un gesto de unidad celebraron a la ciudad.
Al término de la serenata, Muñoz afirmó que, aunque los líderes pueden discrepar políticamente, también deben dialogar y buscar consensos. “Quito necesita más inversión del Gobierno y menos centralismo”, señaló el alcalde, marcando su interés en priorizar el desarrollo urbano.
Las festividades continuarán hasta el 8 de diciembre con desfiles, ferias gastronómicas, conciertos y actividades culturales. Este 6 de diciembre, feriado local, será la Sesión Solemne, un espacio clave para reflexionar sobre el progreso y los desafíos que enfrenta la capital.
Quito celebró una noche donde la música superó las diferencias, demostrando que, incluso bajo la lluvia, la unión por la tradición puede encender el espíritu de una ciudad que nunca deja de bailar. ¿Será esta muestra de cordialidad entre autoridades el inicio de un verdadero compromiso conjunto para enfrentar los desafíos de Quito, o solo un acto simbólico perdido entre el eco de las festividades? (I)