
Por José Chica Pincay
El debate presidencial entre los candidatos no ha abordado el controvertido Decreto 735 propuesto por el presidente Guillermo Lasso. Este decreto propone intercambiar deuda externa por soberanía de las Islas Galápagos a perpetuidad, en beneficio de inversores offshore en Delaware, conformados por 5 ecuatorianos y 6 extranjeros estadounidenses. Sin embargo, no se han encontrado referencias precisas o verificables sobre este decreto en la información disponible.
La propuesta de canjear deuda por soberanía de las Islas Galápagos plantea preocupaciones y polémicas. Sin embargo, es importante entender cómo se relacionan las Islas Galápagos con los bonos, el sistema financiero y la deuda de Ecuador. Para obtener más información, hemos entrevistado a Joan Prats, especialista financiero del Banco Interamericano de Desarrollo.
La conversión de deuda por naturaleza es una estrategia que varios países han adoptado recientemente para atraer recursos y proteger activos naturales que son estratégicos tanto para sus economías como para el mundo.
Básicamente, implica canjear deuda existente en el mercado por deuda más barata y de mejor calidad crediticia. Los ahorros resultantes se depositan en fondos de conservación con el mandato de proteger los activos naturales, en este caso, las Islas Galápagos, y su valor para el mundo.
En este proceso, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) juega un papel fundamental al garantizar hasta 85 millones de dólares en bonos, si es necesario. Sin embargo, esta transacción será mucho mayor, y la protección de las Galápagos se verá efectivamente fortalecida como parte de este compromiso.
En colaboración con la Development Finance Corporation, el BID garantiza parcialmente la mejora crediticia necesaria para llevar a cabo esta operación en los mercados de capitales y generar los ahorros necesarios para la conservación a largo plazo.
Es relevante destacar que los bonos ecuatorianos recibieron una calificación menor antes de la transacción. Esto significa que, además de tener un impacto positivo en la naturaleza, esta operación resulta en un buen negocio. Los países aprovechan las condiciones del mercado y las mejoras crediticias para llevar a cabo operaciones que generan ahorros significativos.
Además, este enfoque de canjear deuda por protección a la naturaleza puede ser utilizado en otros contextos, como lo hizo Barbados el año pasado para proteger el 30% de su área marina. Creemos que, junto con otros instrumentos emergentes en el ámbito del endeudamiento para promover la sostenibilidad, esta estrategia puede contribuir a un planeta más sostenible en el futuro.
En resumen, Ecuador se compromete a destinar al menos 18 millones de dólares anuales durante 20 años para la conservación de las Islas Galápagos, que están amenazadas por actividades pesqueras y otros objetivos. Esta transacción representa hasta ahora la más grande en su tipo y es un paso significativo en los mercados financieros globales. (O)
