BOGOTÁ, Colombia
Una red criminal que operaba desde Colombia y España comercializaba videos y fotos íntimas de modelos españolas sin su consentimiento, a través de un canal privado en Telegram llamado «Sextasymood». La suscripción costaba entre 15 y 25 euros (hasta 28 dólares), y el caso ya está bajo investigación judicial por revelación de secretos.
El canal contaba con entre 7,000 y 8,000 suscriptores, quienes accedían a contenido filtrado de OnlyFans, plataforma donde los creadores venden imágenes y videos exclusivos. La Policía Nacional confirmó que la red era dirigida por un dúo desde Colombia y que en España operaban “mulas” encargadas de canalizar pagos y suscripciones.
La inspectora Virginia, del grupo de ciberdelincuencia, explicó que, aunque las víctimas publicaban voluntariamente el material en OnlyFans, el delito radica en la difusión sin autorización, especialmente cuando el contenido se creó para un público exclusivo o personalizado.
Data Guardians
El bufete Data Guardians, especializado en derecho tecnológico, advirtió que la red podría enfrentar cargos por revelación de secretos y blanqueo de capitales, dado que la redistribución masiva de imágenes íntimas sin permiso es un delito penal conforme al artículo 197. Este fenómeno se relaciona con la llamada “pornovenganza”.
Varias víctimas denunciaron la filtración y distribución de fotos y videos antiguos, generando temor por la exposición ante familiares y amigos. En muchos casos, las modelos limitaban el acceso a su contenido desde regiones específicas, como América Latina, para proteger su privacidad.
La Policía aún investiga cómo la red obtenía el material exclusivo, sospechando que no se limitaban a simples suscripciones. Además, detectaron que el administrador creó herramientas para evitar filtraciones y proteger su negocio ilegal, usando programas que dificultaban la captura de pantalla y la redistribución.
A pesar de la caída del canal original, otros grupos con nombres similares intentan continuar con esta actividad en Telegram, mostrando la persistencia de estas redes ilícitas.
Este caso ejemplifica la complejidad del delito digital relacionado con la privacidad y la explotación no autorizada de contenido íntimo, y pone en evidencia la necesidad de fortalecer mecanismos legales y tecnológicos para proteger a las víctimas. (I)