El tablero político para las elecciones seccionales empezó a moverse. Dentro de los partidos existe esa pugna de intereses, conducta propia, en estas temporadas en donde prima el beneficio personal, partidista, económico y familiar por encima de los intereses de los ciudadanos.
La temática coyuntural en el ámbito nacional es la seguridad. Todos los “enclenques” planes de trabajo que han mostrado hasta el momento los candidatos apuntan a brindarle seguridad a la ciudadanía. Pero la gente de a pie, el pueblo parece estar decidido, esta vez, a no comer cuentos, ni a darle importancia a la faramalla que arman en busca del voto popular.
Tras bastidores en las tiendas políticas, se mueven los hilos por obtener los ansiados cargos públicos y, para ello, no importa negociar hasta con quienes meses antes se declararon enemigos acérrimos. En este periodo de pactos y componendas los irreconciliables vuelven al ruedo agarrados de las manos.
Pareja de esposos se postulan en partidos distintos, familiares lo hacen en busca del mismo cargo. El panorama político siempre es el mismo. Alejados del interés del pueblo y de las ideologías; a los candidatos solo les importa ganar. En busca del poder, ponen a comer en el mismo plato a perro, gato y ratón, sin que existan pugnas y reyertas. Pero mientras entre los animales ese cuadro es casi imposible de ver, entre los políticos sí. (O)
