QUITO, Pichincha
El evento más traumático de su vida lo experimentó cuando tenía entre 9 y 10 años: fue violada en reiteradas ocasiones por su tío político, cuando se quedaba a solas con él en la casa de sus abuelos maternos y en la casa del mismo agresor.
Andrés A., responsable de las al menos tres agresiones sexuales, fue procesado por Fiscalía, que –con la práctica de pruebas testimoniales, periciales y documentales– obtuvo una sentencia condenatoria de veintidós años en su contra.
La fiscal especializada en Violencia de Género de Tumbaco, Ximena Mora, probó ante un Tribunal la existencia del delito con el informe del perito médico-legal, Manuel Guamangallo, quien concluyó que la violación dejó lesiones en las partes íntimas de la niña, cuyo testimonio anticipado también fue reproducido en el juicio y, además, valorado como prueba por los juzgadores. En este elemento probatorio, la niña reconoció a su tío político como su agresor.
El informe psicológico, elaborado por la perito Maritza Bolaños, fue concordante con las anteriores pruebas. La pericia concluyó que la niña sufrió de episodios depresivos graves, sentimientos de culpa, desesperanza, baja autoestima, incomodidad con su sexualidad, entre otras secuelas.
La fiscal Ximena Mora probó en el juicio que el delito fue revelado en febrero de 2019 a la maestra de la niña, quien se enteró de la violación y puso en conocimiento de las autoridades, pero al poco tiempo convencieron a la niña de que se retractara y ofreciera disculpas para evitar que Andrés A. vaya a la cárcel.
Lejos de que las agresiones sexuales se detuvieran, estas continuaron. En abril de 2021, la madre de la niña –quien también testificó en la audiencia de juicio– puso una denuncia y Fiscalía continuó la investigación para que el caso no quede impune.
La Fiscal del caso procesó al acusado y reunió las suficientes pruebas para alcanzar una pena máxima en contra del implicado. (I)