La inteligencia artificial continúa sorprendiendo con su capacidad para analizar patrones del lenguaje y detectar detalles que podrían pasar desapercibidos.
Esta vez, el foco se puso en las palabras que, según el análisis de algoritmos, son más recurrentes entre quienes muestran menor agudeza intelectual.
Más allá de la polémica, el estudio abre la puerta a reflexionar sobre nuestra comunicación diaria y cómo pequeños cambios podrían impactar positivamente en nuestra percepción.
La selección de palabras que llamó la atención de la inteligencia artificial
A través de un entrenamiento intensivo con grandes volúmenes de datos, la IA fue consultada sobre los términos más repetidos por personas consideradas de menor inteligencia.
Sorprendentemente, la lista no incluye palabras técnicas ni complicadas, sino expresiones de uso diario que, usadas en exceso, podrían delatar carencias comunicativas.
Entre las principales palabras señaladas figuran:
“Cosa
La IA destaca que el uso reiterado de «cosa» refleja una falta de precisión o la incapacidad de describir conceptos de forma detallada. Esta palabra funciona como una vía de escape para evitar explicaciones específicas, revelando limitaciones en el manejo del lenguaje.
“Es obvio”
Utilizar la frase «es obvio» con frecuencia puede ser una estrategia inconsciente para esquivar explicaciones complejas. Según los algoritmos de OpenAI, esta frase se asocia a mecanismos de defensa ante la inseguridad comunicativa.
“Siempre”
El término «siempre» introduce rigidez en el discurso. La IA señala que su uso habitual podría reflejar una visión poco flexible o la tendencia a pensar de manera absoluta, algo característico de formas de pensamiento menos elaboradas.
“Yo”
El egocentrismo en la comunicación también es un indicio relevante. Un uso excesivo de la primera persona podría sugerir menor inteligencia emocional y dificultades para considerar otras perspectivas.
Insultos
Aunque en algunas culturas, como la argentina, los insultos están muy arraigados en el habla cotidiana, la inteligencia artificial interpreta su uso como un método de descarga emocional o descalificación que podría evidenciar escasez de recursos lingüísticos más elaborados.
Cómo mejorar nuestro vocabulario y fortalecer la comunicación
Identificar estos términos en nuestro lenguaje diario es apenas el primer paso. Existen diversas estrategias que pueden ayudarnos a enriquecer nuestra forma de hablar y proyectar una imagen más sólida y segura.
Reconocer las palabras que queremos evitar
El primer paso es tomar conciencia de cuáles son las expresiones que repetimos automáticamente. No solo las mencionadas, sino también otras como «eh», «mmm», «a ver» o «¿se entiende?», entre muchas más.
Hacer pausas en lugar de recurrir a muletillas
Contrario a lo que se cree, hablar de forma continua no es sinónimo de fluidez. Aprender a pausar permite ordenar las ideas y evitar caer en rellenos innecesarios.
Incorporar frases puente
Emplear expresiones como «además», «por otra parte» o «una idea central es» ayuda a darle coherencia y solidez al discurso, reduciendo la necesidad de recurrir a términos vacíos.
Centrarse en la idea principal
Perder el hilo de una conversación puede llevar a repetir palabras sin sentido. La clave está en relajarse, hacer una breve pausa y reenfocar la atención en la idea que se quiere transmitir.
Aceptar errores de manera natural
Equivocarse es parte del proceso de comunicación. Asumirlo con humildad y continuar sin muletillas refuerza la imagen de autenticidad y cercanía con el interlocutor.
Aprender observando a otros
Escuchar con atención cómo se expresan otras personas puede ser una excelente forma de identificar tanto errores como aciertos que podemos aplicar en nuestra propia oratoria.
Expandir el vocabulario mediante la lectura
La lectura regular de diferentes tipos de textos —incluso aquellos que no son de nuestro interés inmediato— ofrece la oportunidad de incorporar nuevas palabras y enriquecer nuestros recursos comunicativos.
Una oportunidad para evolucionar nuestra forma de expresarnos
Más allá de los resultados de este análisis, el ejercicio de revisar y mejorar nuestro lenguaje diario es un paso fundamental para potenciar nuestras capacidades, tanto en el ámbito personal como profesional.
No se trata de censurar el habla, sino de adquirir herramientas que permitan comunicarnos de forma más clara, precisa y efectiva.
Cada palabra que elegimos dice mucho más de nosotros de lo que imaginamos. (I)
Con información de https://es.gizmodo.com/las-palabras-que-mas-repiten-quienes-tienen-una-inteligencia-inferior-segun-analisis-de-la-ia-2000161252