
Por Franklin Moreno Quezada
Una grave situación de emergencia están padeciendo nuestros compatriotas domiciliados en Ucrania y en Rusia, quienes por una inesperada situación bélica entre dichos países se encuentran angustiados con el peligro de sus vidas frente a la violencia armada de las dos comunidades.
Por razones del desarrollo de la tecnología, la ciencia y la educación muchos nacionales se han domiciliado en dichos países, y sin que formen parte de las circunstancias que los enfrentan, muchos están atrapados entre fuegos cruzados.
La situación emergente de los compatriotas en Ucrania y en Rusia obliga al Estado ecuatoriano a velar por su integridad, seguridad y bienestar, es un deber estatal que se lo imponen los derechos de la movilidad humana.
La situación de los residentes en Ucrania es la más crítica en razón de la diferencia potencial de combatientes y armamentos. Mientras que la vasta extensión rusa permite a los ecuatorianos adentrarse en dicho territorio y obtener seguridad.
Detestamos las guerras en cualquier latitud y causas, todas son un pretexto para ampliar el imperio del poder de sus protagonistas, pero por nuestros hermanos ecuatorianos: ¿Qué debemos hacer?
Lo primero es iniciar caminos hacia la paz, que los mandatarios de Rusia y Ucrania se sienten a negociar un alto al fuego en defensa de su integridad territorial, de la vida de sus nacionales y la no destrucción de sus patrimonios ¡No al imperio de la fuerza!
Sugiero que la Unión Europea, UE, de manera urgente, otorgue un Status Temporal de Refugiados por 180 días a todos que, huyendo del terror de la guerra puedan ingresar a cualquiera de los 27 países miembros de la comunidad europea.
Que la comunidad internacional sume esfuerzos por la pacificación, y que se asista a los países fronterizos que, por razones humanitarias, establezcan un corredor de evacuación a los nacionales de los países no involucrados.
Al margen de nuestra apreciación personal sobre a quién le asiste la razón en este conflicto tenemos el deber de solidarizarnos por la supervivencia de nuestros hermanos ecuatorianos. (O)