
ALAUSÍ, Chimborazo
Los familiares de los desaparecidos los buscan entre los escombros, con la esperanza de encontrarlos con vida. Incluso, cavan con palas para ayudar en las tareas de los rescatistas y dar con las víctimas.
El trabajo es en medio de toneladas de tierra con lodo y piedras sobre las casas que lucen sepultadas.
Fabián Caranqui vive en Quito y habló con su padre segundos antes de la tragedia. Él viajó hasta el punto y lleva más de ocho horas tratando de hallarlo a él y a sus hermanos.
«En medio de la llamada me dice: se está derrumbando, se está cayendo y se cayó la llamada», contó Caranqui a Ecuavisa.
Josefina Paita busca a sus padres, cuenta que se quedaron atrapados entre la tierra en medio de lágrimas.
Otro caso es el de Edwin Pilamunga. Su casa quedó cubierta debajo de las piedras. Él colabora para ayudar a sus vecinos a encontrar a sus familiares y también para ver si puede rescatar algo de sus pertenencias.
Hasta la zona de la tragedia llegaron bomberos de ocho cantones aledaños a Alausí, además del equipo de rescate y búsqueda de Guayaquil y Cuenca.
Parte del trabajo de búsqueda está la utilización de perros entrenados en rescatar personas. Justamente en un cuadrante en el que rastreaba un can se sabía que había dos víctimas de 85 y 90 años de edad.
El riesgo de nuevos deslizamientos es latente. Los socorristas esperan que no llueva para continuar con la búsqueda de sobrevivientes y la identificación de nuevas víctimas. (I)