
Washington, D.C. , Estados Unidos
El 21 de mayo de 2025, en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, protagonizó un episodio diplomático tenso con el mandatario sudafricano Cyril Ramaphosa, durante una reunión oficial en el Despacho Oval.
Trump proyectó un video que buscaba evidenciar una supuesta persecución sistemática contra la minoría blanca afrikáner en Sudáfrica, argumentando un “genocidio” que Ramaphosa rechazó con firmeza. El presidente sudafricano negó categóricamente las acusaciones y afirmó que la mayoría de las víctimas de la violencia en su país son personas negras, no blancas, y calificó el contexto como complejo debido a la elevada criminalidad general.
Durante la reunión, Trump insistió ante la prensa que “los agricultores blancos están siendo ejecutados” y exigió explicaciones públicas de Ramaphosa. La minoría afrikáner, compuesta por descendientes de colonos neerlandeses, ha sido señalada por sectores conservadores estadounidenses como víctima de violencia rural, una narrativa que genera controversia internacional.
El video proyectado por Trump incluyó discursos de figuras africanas promoviendo violencia contra blancos, imágenes de cruces y cementerios, consideradas por Trump como evidencia de asesinatos de afrikáners. Ramaphosa respondió con ironía, cuestionando la veracidad de las imágenes y señalando que no ha presenciado esos hechos.
Conflicto diplomático
Este conflicto diplomático ocurre en un contexto marcado por decisiones polémicas de la Administración Trump, como la reciente concesión de estatus de refugiados a 49 afrikáners provenientes de Sudáfrica, a pesar de los recortes en programas migratorios, lo que ha tensado aún más las relaciones bilaterales.
Además, Trump amenazó con ausentarse de la cumbre del G20 prevista para noviembre en Johannesburgo, advirtiendo que sin Estados Unidos el evento pierde relevancia. La tensión también gira en torno a la ley sudafricana de expropiación de tierras sin compensación, aprobada a inicios de 2025, destinada a corregir desigualdades históricas del apartheid. Ramaphosa defendió la legislación como legal y constitucional, mientras que Trump la interpreta como un ataque directo a los granjeros blancos.
La reunión entre ambos presidentes dejó en evidencia las profundas diferencias en la visión sobre la crisis social sudafricana y avivó un pulso diplomático que podría repercutir en la agenda internacional de ambos países. (I)
