Verónica Abad en el ojo del huracán judicial y político

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Por José Chica Pincay, docente e investigador

La vicepresidenta del Ecuador, Verónica Abad, se encuentra en una encrucijada política y judicial que pone en jaque su posición y la estabilidad del gobierno.

Abad, quien ha sido citada por la Fiscalía para rendir versión en un caso que involucra a su hijo, Sebastián Barreiro, ha decidido no presentarse, alegando que no puede declarar en contra de su hijo. Su abogado, Oswaldo Trujillo, ha solicitado que la Fiscalía aclare si ella también es investigada, sembrando más dudas sobre el proceso.

El contexto político se complica aún más con las recientes declaraciones de Esteban Torres, viceministro del actual gobierno, quien ha expresado su rechazo ante la posibilidad de que Abad asuma temporalmente la presidencia.

Torres considera que sería «nefasto» debido a que sus ideas no coinciden con las del oficialismo. Este conflicto interno subraya las tensiones y divisiones dentro del propio gobierno, mientras el presidente Daniel Noboa contempla la reelección.

En este escenario, la ministra de Ambiente, Sade Fritschi, ha comparecido ante la Asamblea, denunciando ser víctima de violencia política, una situación que Abad también ha señalado. Esta coincidencia en las denuncias evidencia un clima de hostilidad y persecución que afecta a varias figuras del gobierno.

Las críticas hacia Abad no se detienen. El consejero Juan Esteban Guarderas ha sido señalado por la vicepresidenta, calificando su accionar como «ridículo» y acusándolo de tener intenciones políticas encubiertas. La defensa de Abad es contundente, y sus palabras reflejan una profunda molestia por lo que considera una campaña en su contra.

El abogado André Benavides ha añadido más leña al fuego al afirmar que si el presidente Noboa decide encargar su cargo a alguien que no sea Abad durante una eventual campaña electoral, esto constituiría un «fraude constitucional». Esta declaración refuerza la gravedad del dilema constitucional que enfrenta el país.

La situación se agrava con la acusación de que Abad ha sido víctima de un sistema judicial politizado. A pesar de no haber sido notificada formalmente para rendir versión, la Fiscalía ha fijado una nueva fecha, generando incertidumbre sobre su papel en el proceso judicial. La falta de claridad sobre si Abad está siendo investigada directamente añade otra capa de complejidad a su situación.

El trasfondo de esta polémica también incluye comparaciones históricas que resuenan en la memoria política del Ecuador. Al igual que Rafael Correa eligió a Lenín Moreno como su binomio presidencial, Noboa eligió a Abad, lo que ahora parece ser una decisión que el actual gobierno cuestiona internamente.

La posibilidad de que Verónica Abad asuma la presidencia, aunque sea temporalmente, genera preocupación. La idea de que la Constitución pueda ser violada para evitar su ascenso es un punto de controversia.

Esta situación no solo pone en riesgo la integridad constitucional del país, sino también la credibilidad del gobierno ante sus ciudadanos y la comunidad internacional.

Este conflicto invita a una reflexión profunda sobre la naturaleza de la política y el estado de derecho en Ecuador. La persecución política, la violencia institucional y las divisiones internas reflejan una crisis que necesita ser abordada con seriedad y responsabilidad.

Es decisivo que la sociedad civil y las instituciones democráticas se mantengan vigilantes y actúen en defensa de la Constitución y los derechos fundamentales. Solo a través de un compromiso colectivo se podrá asegurar que la justicia y la democracia prevalezcan en este momento crítico de la historia ecuatoriana.

En resumen, el caso de Verónica Abad no solo plantea cuestiones legales y constitucionales, sino que también revela las profundas divisiones y desafíos dentro del gobierno ecuatoriano. Es un llamado a la reflexión sobre la integridad del sistema político y la necesidad de transparencia y justicia en todos los niveles de gobierno.

La ciudadanía debe mantenerse vigilante y exigir que se respeten las leyes y se protejan los derechos de todos los involucrados. (O)

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Post Author: David Jaramillo

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