Por Abg. Elio Roberto Ortega Icaza
Desde esta tribuna del pensamiento, el arte, la cultura y la justicia, elevo mi homenaje fervoroso a la Tierra que me vio nacer y crecer: Yaguachi, cuna de historia viva, de tradiciones arraigadas y de hombres y mujeres forjados en el temple del trabajo, la fe y la identidad.
El pasado 21 de julio, esta noble tierra celebró con orgullo 142 años de cantonización, acontecimiento histórico que marcó un antes y un después en la consolidación de su identidad territorial y social.
Desde aquel 1883, Yaguachi ha sido protagonista silencioso, pero constante en la construcción de la Patria.
Patrono san Jacinto
Bajo la mirada protectora de su santo patrono San Jacinto, cuya imagen bendice a su pueblo desde el Altar Mayor de su iglesia, Yaguachi conserva intacta su devoción y su espíritu comunitario.
Las campanas que repican en su fiesta patronal no solo evocan religiosidad, sino también una profunda conexión con las raíces de un pueblo que no olvida su historia ni reniega de su origen.
Desde la ciudad amazónica de Puerto Francisco de Orellana, El Coca, rincón prodigioso del Ecuador profundo donde hoy resido y sirvo, envío mi voz y mi pensamiento hacia ese pedazo de suelo guayasense que habita en mí. Porque ser de Yaguachi no es una condición geográfica, es una marca indeleble en el alma.
¡Viva Yaguachi! ¡Viva su gente! ¡Viva su historia y su porvenir! (I)
