El “Síndrome de Sofía”: un espejo de nuestra responsabilidad

el-sindrome-de-sofia-un-espejo-de-nuestra-responsabilidad-ecuador221.com_.ec_ El “Síndrome de Sofía”: un espejo de nuestra responsabilidad

Por Elio Ortega Icaza

En muchas ciudades y comunidades del Ecuador, la historia de Sofía, no es ficción: es la vida diaria de miles de mujeres que enfrentan la maternidad en soledad.

Abandonadas durante el embarazo, asumen el reto de criar a sus hijos sin el apoyo del padre biológico. Años después, cuando el niño ya ha crecido, ese padre ausente reaparece para exigir derechos de paternidad. A este fenómeno popular se lo llama, de forma simbólica, “Síndrome de Sofía”.

Más que un nombre, es un llamado de alerta a la conciencia colectiva. Porque en cada caso no solo hay una madre que carga con el peso de la crianza, sino un niño o niña que ha debido crecer con el vacío de un progenitor.

La Constitución de la República del Ecuador, en su artículo 44, recuerda que el interés superior del niño es prioridad absoluta del Estado, la sociedad y la familia.

Esa obligación se refuerza en el Código de la Niñez y Adolescencia, que en sus artículos 4 y 5 dispone que toda decisión debe proteger el desarrollo integral del menor y garantizar su derecho irrenunciable a recibir alimentos (arts. 129 a 147).

La Convención sobre los Derechos del Niño (arts. 7, 9 y 18), el Pacto de San José y la Declaración Universal de los Derechos Humanos exigen que los Estados aseguren a la infancia la posibilidad de conocer a sus padres y recibir su cuidado.

La Corte Constitucional y la Corte Nacional de Justicia han reiterado en sus sentencias que la paternidad y la maternidad son responsabilidades ineludibles, no simples privilegios.

El abandono paterno no solo deja secuelas económicas: provoca heridas emocionales que marcan la identidad y la autoestima de los hijos. Reaparecer años después no borra el dolor ni las carencias vividas. Ser padre o madre no se limita a la biología: implica amor, presencia y compromiso permanente.

Reflexionemos: la sociedad entera debe alzar la voz para que ningún niño sea víctima de la irresponsabilidad adulta. Educar en paternidad responsable y respaldar a las madres solas es una tarea común.

El verdadero desenlace de la historia de Sofía dependerá de nuestra capacidad de asumir, sin excusas, la responsabilidad de amar y cuidar a nuestros hijos.

¡Y el tiempo sigue su marcha…! (O)

Foto EFE Salud

Compartir

Shares

Post Author: Redaccion

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *