Por Franklin Moreno Quezada
Como siempre los poderosos oprimen al productor y al consumidor. En una cadena de supermercados Tuti, esta mañana me quitaron la alegría de informarme en el diario El Universo, que se iba a reconocer el derecho de los productores de leche, para que no sean explotados por los industriales que se niegan a pagarles los precios oficiales o no les reciben el producto a fin de que se les dañe, lo boten o se sometan a aceptar un precio menor.
Soy consumidor en una cadena de alimentos, que tiene sus precios muy cómodos y accesibles, y por ello acudo a comprar la leche, cuyo precio en funda de un litro es de $ 0,65, y en cartón es de $0. 85.
En estos días, que en la asamblea nacional se aspira a proteger a los productores lecheros, algo extraño, desapareció del abasto la leche en funda de un litro.
Hoy pasé por el Tuti encontré nuevamente en las perchas la funda de un litro, pero me sorprendí que los industriales le han aumentado su precio a $0.79, es decir incrementaron 14 centavos en cada funda de a litro, el de cartón subió cuatro centavos.
Lo de Ripley no existe motivo alguno para que se incremente el precio de la leche y los industriales ya nos subieron el precio de la canasta familiar porque la leche es el sustento de los niños, adolescentes, jóvenes, adultos y mayores. No hay autoridad que defienda al consumidor, ni en los precios, ni en la calidad o cantidad. Ahora aumentan el porcentaje del suero y etiquetan “productos lácteos” y los componentes del yogurt son remplazados por aditivos “saborizados”, y las autoridades en el palacio o en la intendencia, silencio todo está en calma.
Igual, disminuyen la cantidad del producto en otras cadenas los litros son de 900 mililitros, los dos litros de 1.800 mililitros y hasta de 1.750 mililitros, asimismo el kilo es de 900 gramos y la libra de 400 gramos.
Y en la Asamblea los industriales siembran obstáculos para impedir la protección al productor lechero, tienen amigos en el ejecutivo y y los amenazan con importar la leche y el ganado, contrariamente dicen que la producción lechera es insuficiente, y que además la demanda de consumo se ha reducido, y que existen sustitutivos de la leche.
Una mayoría de asambleístas, industriales y comercializadores en coro dicen que fijar el precio de la leche cruda resultaría perjudicial para el productor.
Señor Presidente, la defensa de los derechos de usuarios y consumidores es inexistente: Cómo se permite la especulación de la leche. Ya está aumentado el precio del litro; se disminuye la venta en funda; la diferencia con la leche en cartón es abismal; la calidad de “producto lácteo” es desleal, la cantidad de mililitros inferior al litro es criminal.! ¡Padre Almeida! (O)
