
Así se podría definir la muerte del pequeño Ian Rivera. Sus padres necesitaban conseguir 2,1 millones de dólares para comprar el medicamento Zolgensma y poder curar la atrofia muscular espinal que padecía Ian. No pudieron conseguirlo. Y ni el Gobierno, a través del Ministerio de Salud, ni ninguna oenegé, se hicieron presentes. Sin embargo, en los actos de corrupción que se “investigan”, desaparecieron MILLONES DE DÓLARES, y ahora la justicia declara “inocentes” a los presuntos responsables de esos hechos. ¡Y el mundo… sigue su marcha! (O)