GUAYAQUIL, Guayas
Los militares han instalado un campamento dentro de la Penitenciaría del Litoral, una de las cárceles de Guayaquil, donde este miércoles 2 de febrero hubo un nuevo enfrentamiento entre reclusos, que no dejó fallecidos.
El subcomandante de la Policía Nacional en la Zona 8, Marcelo Cortez, explicó este jueves que la riña se inició cuando reos del pabellón 2 intentaron ingresar una “mochila sospechosa”.
“El personal de contingencia penitenciaria va a verificar y se realizan algunos disparos desde el pabellón 2 contra el personal policial”, sostuvo Cortez.
Los reos habrían atacado a los agentes con fusiles y desde garitas improvisadas que ellos han vuelto a construir.
Tras la acometida, a la “Peni” entraron 400 policías y 100 militares. Incluso usaron tanquetas para avanzar hasta el denominado “callejón de la muerte”, un pasadizo que está en medio de los 12 pabellones de ese recinto carcelario.
Los disparos del área dos alarmaron a los reos del pabellón tres, lo que provocó además una balacera entre los presos de ambas zonas. Según Víctor Zárate, en el enfrentamiento de ayer estuvieron involucrados miembros de Los Choneros y Los Chonekillers.
Después de controlar el cruce de balas, los uniformados iniciaron un operativo para decomisar objetos prohibidos. Descubrieron armas, municiones, cuchillos, un artefacto explosivo, serruchos, alimentadoras y sobres con droga.
Actualmente el Centro de Privación de Libertad Guayas N.1, nombre oficial de la Penitenciaría del Litoral, es también vigilado por militares de las tres ramas de las Fuerzas Armadas. En total 200 uniformados cubren la zona perennemente, 20 de ellos patrullan el río que colinda con el recinto carcelario.
La “Peni” fue escenario el año pasado de al menos cuatro masacres. Hace apenas dos semanas se registró otra balacera en este mismo centro.
Hoy viernes se reunirá en Guayaquil la Comisión de Pacificación y Diálogo Penitenciario, un comité fundado por el Ejecutivo y conformado por nueve integrantes que intenta apoyar a las autoridades para reducir la violencia en las cárceles. (I)
